La Copa Africana 2021 será recordada por la histórica campaña de Guinea Ecuatorial, una pequeña nación al pie del Atlántico, que, como Latinoamérica, heredó la lengua y la cultura de España. El escritor y politólogo guineoecuatoriano Edjanga Jones Ndjoli explora en ese vínculo poscolonial que ha adquirido otra dimensión a través de la migración y el fútbol.
Carlos Akapo (Elche), Javier Akapo (Valencia), Jannick Buyla y Esteban Orozco (Aragón), Marvin Enieboh, Dorian Hanza, Rubén Belima, Luis Meseguer, Josete Miranda y Juan José Siafá (Madrid). Así hasta un total de quince, quince jugadores de la selección de Guinea Ecuatorial que han nacido y crecido en España. Los medios de comunicación españoles, como el periódico El País o los diarios deportivos Marca o As, se han hecho eco de este hecho, pero, en realidad, más allá de este dato, Guinea Ecuatorial atrajo las miradas de medio mundo al derrotar a Argelia, uno de los favoritos de la Copa Africana de Naciones.
Gracias a ello parece que en España se siente cierto orgullo baldío por unos lazos que han quedado bastante olvidados en el tiempo. La excolonia española ha salido del ostracismo para regocijo de la vanidad patria española, que ahora se exhibe bajo la bandera de Guinea Ecuatorial con nacionalidades superpuestas según el día, la hora y el color de la piel.
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Es una realidad que Guinea Ecuatorial está presente en España. Son miles los guineoecuatorianos que dejaron a sus familias en la década de los setenta y ochenta como consecuencia de la dictadura de Macías en 1972 (pero también antes de esto), y consiguieron arraigar sus raíces en un país que los recibió como extraños después de más de un siglo de historia colonial. Cabe recordar que ante el calamitoso proceso “exprés” de independencia, España vendió su actuación (bajo la dictadura de Franco) como un proceso modélico para luego ocultarlo y convertirlo en materia reservada. Guinea Ecuatorial dejó de ser la última colonia junto con el Sahara Occidental en los libros de texto de educación secundaria, quitándole el lugar a Cuba y Filipinas.
Por eso nos convertimos en extraños en una tierra donde nuestra historia y culturas compartidas no eran reconocidas. Sin embargo, Guinea Ecuatorial estaba y está muy presente en España. En los barrios, en las discotecas, en la televisión, en la música y ahora en las redes sociales, compartimos un espacio que no se nos puede negar. Y eso también ocurre en el fútbol. Hay varios casos de iconos futbolísticos guineoecuatorianos en España. Uno de ellos fue mi familiar Miguel Jones, amigo de Luis Aragones (presentado como español en algunos medios). Jugó en el Atlético de Madrid durante ocho temporadas, luego se fue al Osasuna donde se retiraría. Otro notable caso es el de Vicente Ngonga, jugador del Mallorca, nacido en Barcelona, quien alcanzó el privilegio de jugar con la selección española de fútbol. También podríamos nombrar a Benjamín Zarandona del Betis, Epitie del Alavés y así unos cuantos más.
Es por ello que “la noticia” en parte no es “noticia”. Los guineoecuatorianos llevan mucho tiempo conviviendo y compartiendo su vida con el resto de ciudadanos de España. El futbol consigue lo que no consiguen los políticos, medios informativos y a veces las instituciones de toda índole: nos une.
Hace no mucho, en Guinea Ecuatorial la gente no podía o no tenía los medios para permitirse un televisor y ver el mundo que les rodeaba. En muy poco tiempo eso ha cambiado, y ya no es solo el televisor; existe internet, y otros tantos medios con los que nos comunicamos con solo un clic. Ahora hay padres dispuestos a llamar a sus hijos Messi o Ronaldo, dependiendo de los colores que defienden. Los niños juegan en las calles y gritan el nombre de Mbappé, Mane, Vinicius, Benzema, Luis Suarez y otros nombres de futbolistas africanos. Hay un deseo expreso en la población de Guinea Ecuatorial de querer unirse e involucrarse en el sueño de los grandes eventos e ilusiones, que supone convertirse en protagonistas de su propio quehacer y no solo ocupar el lugar de meros espectadores.
Porque en los años más duros, durante las décadas de los 80 y 90, donde la situación política y económica los castigaba y no les dejaba opción a poder tener una salida fácil, Guinea Ecuatorial vivía apartada del resto. Tal vez esto es un síndrome poscolonial de desconexión-conexión con la metrópoli. Esa mirada que se crea en el horizonte nunca se pierde, y de alguna forma los ciudadanos de Guinea Ecuatorial siempre han querido vivir los mismos escenarios de triunfo en los que muchos han colmado sus sueños: Juegos Olímpicos, Mundiales y Copas de África.
Más allá de los hechos de la colonización, y de las migraciones de antiguos esclavos libertos llegados desde Cuba, algunos para realizar trabajos forzosos, otros encarcelados en la prisión de Black Beach como castigo, y de las dictaduras interminables, más allá de todo eso, hay algo más.
Es curioso, que bajo el actual régimen dictatorial de Teodoro Obiang, donde el “arraigo” es requisito esencial para tener potestad de participar en unas elecciones como candidato político, ese “mismo arraigo” no cuente o resulte superfluo cuando hablamos del desempeño histórico de la selección nacional (eliminada en cuartos de final por Senegal), que también nos representa a todos.
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El fútbol, y el deporte en general, tiene esta característica tan especial de unirnos. Ahora España y Guinea Ecuatorial celebran juntos sus logros, pero vendría bien recordar que hay una historia que nos une más allá de las singularidades. Y que hay momentos de zozobra y dificultades que también deberían servir como ejemplo y de acompañamiento de lo que es y nunca ha dejado de ser esa unión. Que la alegría nunca ciegue la verdad de estar juntos en unos lazos que siguen vigentes no solo con España, sino con el mundo entero y sobre todo hispanohablante. Más allá de eso, celebremos juntos, por todo y por lo que vendrá. ~
Los detalles de toda la información, coincide con la realidad que vivimos en nuestro país.
Esa copa de África u en especial los partidos de Guinea Ecuatorial, han hecho vibrar a la gente de nuestro y han levantado curiosidad a otros países.
Hemos gritado y llorado de emoción. Esos partidos nuestros, han levantado tanto la curiosidad de niños,mayores y sobre todo las mujeres de nuestro país. Gracias equipo y gracias a tí por toda esa información.