La empresa Repsol, responsable de La Pampilla, no habría dicho toda la verdad sobre el mayor desastre petrolero del Perú. La versión oficial sobre el oleaje anómalo, como causa del accidente, entra ahora en cuestión ante la versión de testigos inesperados de lo ocurrido el sábado 15 de enero en el mar de Ventanilla: un grupo de veleristas que competía en el campeonato de la Asociación de Vela Oceánica del Perú. Uno de ellos rompe su silencio.
El mayor desastre petrolero de la historia del Perú (según determinó el exministro del Ambiente Manuel Pulgar Vidal) no solo ha arrastrado una marea de crudo contaminando playas enteras y especies marinas. También ha sacado a flote una serie de inexactitudes y potenciales mentiras sobre las verdaderas causas que generaron el accidente el sábado 15 de enero en la Multiboyas N°2, frente a las costas de Ventanilla. Un accidente que acabó vertiendo, por ahora, más de 6.000 barriles de petróleo (954 mil litros), afectando 1’739.950,9 m2 de franja de playa y 1’186.965,8 m2 de mar, según estimados del Ministerio del Ambiente.
En principio, la empresa española Repsol informó el mismo sábado a las autoridades sobre un derrame pequeño, de siete galones (menos de un barril). Ante ello, el miércoles pasado, la vocera de Repsol, Tine Van den Wall Bake Rodríguez, aseguró que “por procedimiento y ley, durante las doce primeras horas tienes que reportar un volumen. Lo primero que se veía era algo de iridiscencia en el mar y no se veía un derrame”, dijo. Según esta versión, el supuesto oleaje anómalo, producto del estallido del volcán Hunga Tonga Hunga Ha’apai en Tonga, “cogió el vertido (que había en el buque)” y lo transportó a los alrededores.
“Si fuese un derrame normal, el crudo hubiese aflorado en el sitio, pero como había estas olas se lo llevó a otros lados y no se vio. Se hace de noche y al día siguiente salen patrullas a verificar, pero no se detecta (el extenso derrame)”, trató de explicar Van den Wall Blake a RPP. Eso supone que el incidente meteorológico habría sido el principal causante del derrame y no una falla de previsión de parte de la empresa.
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A las 5:18 pm. de la tarde del sábado 15 de enero, según la vocera de Repsol, el buque italiano Mare Dorium, que debía cargar 985.696 barriles de crudo, llevaba más de 628.000 barriles descargados, pero tuvo que detener sus labores debido a que la fuerza de una ola rompió los cabos de estribor y empujó el buque contra la instalación Multiboyas N°2. La Marina de Guerra del Perú, asegura Tine Van den Wall Bake, no los alertó de este suceso: “Nosotros, a las 2:46 de la tarde (del sábado), nos comunicamos con La Marina para confirmar si había algún tipo de alerta de tsunami (debido a la erupción volcánica en Tonga)”.
La falta de precisión sobre la magnitud del desastre ecológico puede ser rebatido con una información propalada por la propia Repsol en su página web el 29 de noviembre del 2018: la instalación de la primera monoboya como parte del cuarto terminal portuario que construía Repsol para la Refinería La Pampilla. “El terminal portuario monoboya es el primero de su género en el Perú, que permitirá realizar operaciones portuarias de crudo y combustibles líquidos, inclusive en condiciones climatológicas adversas debido a oleaje anómalo. Está diseñado para operar con olas de hasta 3.5 metros de altura y podrá atender buques tanques de hasta 120,000 toneladas y 14.30 metros de calado”, dice la nota de prensa aún en línea. La monoboya tenía previsto iniciar operaciones en el primer semestre del 2019. De todos modos, cabe precisar que la distancia entre la nueva monoboya (Terminal N°4) y la Multiboyas N° 2 es de un poco más de quinientos metros. Pudo haber advertido el oleaje anómalo.
El cuadro incluido en este reportaje fue tomado del “Resumen Ejecutivo Modificación del Estudio de Impacto Ambiental Terminal Portuario Mutiboya N°3 de la Refinería La Pampilla S.A.A para la implementación del Terminal Monoboya T4”, elaborado por Umbrella, EcoConsulting para Repsol.
VELERO A LA VISTA
Pero, además de este cuestionamiento, Repsol no contaba con un grupo de testigos inesperados: los veleristas de la Asociación de Vela Oceánica del Perú (AVOP). Entre ellos, Jaime Arribas Harlen, multicampeón nacional de Vela. La tarde del sábado 15 de enero, el estallido del volcán en Tonga no era una preocupación para los competidores de la Prueba 1 del Campeonato de Verano 2022, que debían recorrer el circuito de más de 40 kilómetros desde La Punta hasta Ancón. Si bien en Chile y Estados Unidos se había dado la alerta de tsunami, la Marina de Guerra del Perú no lo estimó necesario, al menos de manera preventiva, basándose en el reporte de la NOAA Center for Tsunami Research (NCTR). Giovanni Liza, gerente de la AVOP, ha confirmado a Sudor esta información: “No recibimos ninguna alerta”, escribió escuetamente vía WhatsApp.
La competencia, iniciada a las 2:05 pm. en las costas de La Punta, continuó con normalidad durante más de tres horas. Según explica Liza, pasadas las cinco de la tarde alguno de los competidores se encontraban cerca a la zona de la Multiboyas N° 2, lugar exacto del derrame. (“Algunos deciden adentrarse en la mar, otros van más pegados a la costa”, apuntó). “Claro que sí”, dijo cuando se le consultó explícitamente si algunos pudieron pasar cerca a la terminal petrolera. ¿A las 5:18 pm, como dice la vocera de Repsol, Tine Van den Wall Bake Rodríguez, no advirtieron el oleaje anómalo? Nada de eso. Al contrario, en ese punto de la competencia, el viento dejó de soplar y el mar estaba en calma. “Según los competidores, era una piscina por esa zona, sin viento. Por eso se canceló la regata”, confirmó Liza. “Después de casi tres horas, quedaron flotando por esa zona”, agregó.
Y es cierto que la competencia se canceló. A las 5:34 pm., el velero El Capi, capitaneado por Armando Salem Poppe, decidió retirarse, según el reporte público de la Asociación de Vela Oceánica del Perú. Luego lo hicieron los veleros Hawk (de Jaime Arribas Harlen) y Sangre Azul (de Augusto Lafosse) a las 5:47 pm. Andiamo (de Roberto Mayser) y Aegir (de Alfonso Panizo) hicieron lo propio a las 5:56pm. y 5:57 pm., respectivamente. Y Los últimos en abandonar fueron Tamirami (de Carlos Bravo), Mahalo (de Gonzalo Alvarado) y Tirreno (de Enrique Pareja), pasadas las seis de la tarde. A las 6.40 pm., la organización del certamen decidió anular la competencia en las tres categorías: ORC 500 (monocascos de menos de 599.9 seg./milla), ORC 600 (monocascos mayor a 599.9 seg./milla) y ORC club (monocascos con cualquier certificación).
En Twitter, el veterinario Pancho Cavero compartió unas imágenes, supuestamente publicadas por el presidente de la Federación Deportiva Nacional Peruana de Vela, Germán Vásquez Solís, en las que se mostraba al buque Mare Dorium descargando petróleo en un mar calmado y sin oleajes anómalos, algo que desmentía la versión oficial de Repsol. A las pocas horas, el propio Cavero tuvo que borrar la publicación al no tener la certeza de su veracidad. “Hace un momento hice una publicación que no he podido corroborar aún por lo tanto la he eliminado hasta no tener la confirmación que es cierta. En medio de esta crisis no es generar más caos y desinformación”, escribió.
No obstante, otro destacado velerista, Alejandro Hughes Pardo, autor del libro Atando cabos: Los contactos entre Perú y la Polinesia mediante la navegación a vela y condecorado por la Marina por su labor como deportista y divulgador náutico, publicó en su cuenta de Instagram un video, fechado el sábado 15 de enero, en el que se muestra una sección de mar cubierto de petróleo. Según la publicación de Hughes, el autor de las imágenes fue Javier Arribas Harlen, presente en la zona debido a la competencia de vela. Sudor trató de contactarse con Arribas a través de miembros de su círculo personal, pero se negó a dar su testimonio. “(Él y su padre) prefieren mantenerse al margen”, nos comentaron.
Pese a los primeros silencios y a la información administrada a cuenta gotas, Sudor logró contactarse con Alejandro Hughes. El velerista confirmó la veracidad del video (abrir en otra ventana), en el que se aprecia una mancha de crudo sobre la superficie del mar. “El video lo grabó Javier Arribas y otras fotos fueron tomadas por Alfonso Panizo. Yo también pude sacar un video en el que se ve el buque, el mar sin olas y luego el sunset. Todos son registros de ese día.”, confirmó el experimentado deportista que competía ese día con su embarcación Raven. Según Hughes, los primeros indicios de petróleo en las aguas se dieron a partir de las tres de la tarde, algo que contradice lo dicho por la vocera de Repsol. “Desde las tres en adelante vimos la mancha”, aseguró.
Para Hughes, al margen de la hora inexacta del aviso, lo más grave es que la empresa señale al tsunami ‘no alertado’ y a un supuesto oleaje anómalo como las razones del desastre. “La filmación no está perfecta, pero estos videos producen la información para decirle a ellos ‘¿cómo puedes decir, Repsol, que la causa fue el tsunami?’. Lo primero es desligar a la Marina de Guerra. Porque ninguna marina de otros países dijo que Perú estaba en riesgo de tsunami. La Marina comunicó lo que decía el reporte del NOAA Center for Tsunami Research (NCTR) de los Estados Unidos: el Perú no era riesgo para una embarcación que estuviera descargando. No debía ser afectada, técnicamente. Es una falta inexcusable que tiene Repsol. No puede ser que ni siquiera puedan asumir la responsabilidad. Todo eso me frustra. Están usando mal la información. Están mintiendo”, explicó en exclusiva para Sudor.
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“No hubo tumbo, no hubo ola, no hubo tsunami en ese punto”, aseguró enfático Hughes, quien, a diferencia de sus colegas de vela, ha decidido dar su testimonio públicamente por su compromiso con el mar. “No quieren (hablar). No lo comparto, pero los entiendo. Son gente que ha hecho su propia empresa, y no sabe qué puede pasar con esto. Yo amo al Perú. Siento que debo defender a mi país. Lo primero es el mar. Es mi casa, prácticamente. Pero sé que podría hasta perder el trabajo porque no sé hasta donde puede llegar todo esto”, comentó. En ese sentido, aclaró que su vínculo con la Marina es circunstancial debido a la creación de la Asociación Peruana de Vela. “He tenido un vínculo con la Marina como lo he tenido con pescadores y otros involucrados con la vela”, explicó.
Durante la competencia, también pudo notar que el buque italiano y la terminal Multiboyas N°2 no estaban usando las medidas de seguridad adecuadas. “Si fuera por el tsunami, hubieran podido poner una malla. Esto quiere decir que pasa siempre. Había un solo remolcador ante el tamaño del derrame. No hay un énfasis en los cuidados”, dijo, antes de aclarar que no tiene nada contra Repsol, pero considera necesario que se haga cargo del desastre. “No estoy diciendo algo que no sé. No es que tenga algo en contra de la empresa. Estoy en contra del manejo que se está dando de esta situación”, manifestó.
Alejandro Hughes ya está preparando para lo que vendrá. Es consciente que será llamado a testificar como parte de la denuncia que haría la Procuradoría del Ministerio del Ambiente contra Repsol, o las que ya han empezado la Municipalidad de Ventanilla y la de Chancay. Por eso, el último jueves, una vez reabierto el puerto de Ancón, volvió a la zona en compañía de su hijo y un fotógrafo para recrear el momento. “Tomé fotos de la monoboya (T4) de la monoboya con red, y me llamó la atención que con veintiún y pico de nudos de viento, y sin una red de seguridad, estuvieran descargando. Vi, además, que cerca a Santa Rosa hay como pedacitos duros de petróleo sobre el mar. Es un comportamiento que muestra que esto va a durar mucho tiempo”, pronosticó.
El testimonio de Alejandro Hughes y los videos entregados a Sudor (que aquí publicamos) ayudarían a probar que Repsol mintió sobre la hora exacta del inicio del derrame y sobre las condiciones adversas del mar que habrían desencadenado el accidente. Por ahora, al margen de las responsabilidades, el daño estimado se calcula en 115 km2 de litoral afectado: unas 16.000 canchas de fútbol repletas de petróleo, según informó el programa La Encerrona, a partir de los cálculos del ingeniero David Fairlie. Algo que dista mucho de la información inicial recibida por la jefa del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (Oefa), Miriam Alegría Zevallos, quien contó que el área afectada era “de hasta 2.5 metros cuadrados” en total y que era “algo mínimo”, según les dijo Repsol.
Cumplido el sexto día del derrame, la voz de los veleristas, fortuitos testigos del inicio del mayor desastre petrolero del país, será fundamental para determinar a los responsables. ~
Germán Vásquez Solís no es Presidente, tampoco miembro de la Sociedad Peruana de Vela. Es Presidente de la Federacion Peruana de Vela.
Son personas Jurídicas diferentes.
Gracias por el aviso. Hubo un error la momento de consignar el cargo. Ya lo subsanamos.
… gracias por su valiente testimonio.
Excelente, valioso aporte, felicitaciones a Alejandro Hughes, valiente testimonio.
Excelente trabajo. Felicitaciones.
Y como se rompieron las amarras que hizo que el Buque embisteria contra la manguera de descarga, primero lo primero
Las amarras se pueden romper de muchas formas, el plan de amarre a una boya o terminal siempre tiene que ser cuidando los esfuerzos de cada cabo, cable o cadena de amarre. La tensión en las/los mismos tiene que ser uniforme, así mismo se tienen que monitorear constantemente y corregir de inmediato de ser necesario. Tanto la tripulación del barco, como el personal (Loading/Mooring Master) de Repsol que debía haber estado a bordo o tripulantes en alguna lancha cercana al barco la cuál deberia estar siempre comunicándo la distancia y demora de la boya con respecto al barco fallaron. Todos estos procedimientos tienen que seguirse por Regulación internacional, independientemente de las normas adicionales que tenga una terminal, se cumplen en todas partes del mundo, tristemente en nuestro país todos hacen lo que quieren.
Los cabos, cables o cadenas de amarre a una Monoboya no se rompen porque si, ni solamente debido al mal tiempo, o fuertes vientos. Por normativa internacional todas las operaciones de carga o descarga de buques tanqueros se debe dar cumpliendo una serie de reglas de distintos convenios y códigos internacionales (SOLAS, Marpol, Isgott, etc.) dispuestos por la OMI. Tanto la terminal como el buque son responsables de cumplir cada uno con su parte según lo dispuesto, antes, durante y después de una operación de carga. La Terminal debió tener a un Loading/Mooring Master a bordo del Buque, debió tener una embarcación menor cerca para reportar cualquier anomalía y también la distancia y posición del Buque con respecto a la Boya en intervalos acordados, debió tener desplazada alrededor del Buque una barrera flotante de contención, así mismo uno de los puntos importantes es las condiciones de viento y marea, siempre la terminal debe designar a que velocidad máxima del viento se pueden realizar las operaciones y de excederse de éstas la operación se detiene o suspende. Y por otra parte el Buque debió tener alguien de guardia constante en la proa reportando la distancia de la boya, la condición de los cabos, cables o cadena de amarre, y la corrección de cualquiera de éstas de ser necesario. Es una pena y una vergüenza ver como en todo el mundo se cumplen todos las regulaciones y procedimientos para tener operaciones seguras, menos en mi país, no espero más tampoco viendo a las autoridades que tenemos en el poder. Es bochornoso ver a la gente incapaz que lo maneja seguir insistiendo con su “nueva constitución” en vez de buscar la forma de remediar éste desastre. Mientras ellos estén las “grandes”empresas como ésta seguirán operando de la forma que quieran, destruyendo y contaminando nuestro medio ambiente como se les da la gana y encima teniendo el descaro de culpar a instituciones de tanto prestigio como a la Marina de Guerra del Perú.
Gracias Kike La Hoz por tu trabajo periodístico, lograste información fidedigna de veleristas, tu publicación es una pieza clave para demostrar que Repsol miente y con ello busca deshacerse de toda responsabilidad. La verdad se abrirá paso con tu indagación. Ojalá los otros veleristas se sumen a dar su testimonio ante lo que evidenciaron del derrame de petróleo crudo de Repsol. El daño es irreparable y se tiene que sancionar con todas las de la ley a dicha empresa.
Angela Valdez Rivera.
El primer video muestra claramente presencia de aceite pero no se evidencia ubicación. Los otros dos videos no muestran presencia de aceite en el agua pero si se observa un buque al fondo y se deduce la hora de la toma del video.
El aceite (de cualquier tipo y densidad menor que el agua) se desplaza sobre la superficie con la velocidad de corriente superficial del agua y el 3% de la velocidad del viento, es decir su velocidad (de la mancha) es el resultado de la composición vectorial de dos fuerzas (viento y corriente). Si no hubo corriente y el viento estaba calmo, la mancha debió estar Alrededor del buque. De otra forma, la ruptura debió ser más cerca de la línea costera.
Bien, muy bien por la informacion y aplausos por mostrar los cojones, es lo que le falta al gobierno, el Perú entero te lo agradece, salgamos a protestar por este crimen, que repsol pague los daños en verdadera magnitud
MUY IMPORTANTE LA PUBLICACION REALIZADA POR SUDOR, FRENTE A LAS VERSIONES “OFICIALES” GENERADAS POR EL PODER ECONOMICO Y POLITICO IMPERANTE.
Viva HUGHES!
Aquí hay varias confusiones. En primer lugar, los oleajes no son fenómenos climático: son consecuencia de fenómenos climáticos pero son fenómeno marinos.
No es apropiado el concepto de “oleaje anómalo”. Cada año, normalmente, se generan no menos de 30 oleajes ó mar de fondo significativos,todos monitoreados al minuto, que llegan a nuestro litoral. Solo una pequeña parte de estos oleajes requieren cierre de puertos o restricciones en las operaciones.
Es importante entender que estos oleajes regulares no se relacionan con las condiciones locales del clima, ya que se generan en masivas tormentas bajo el paralelo 40 a mas de 10 mil kms del litoral. Por lo tanto, como sucedía esa tarde, no había viento, la superficie del mar estaba lisa, pero sí había un oleaje ligero ese dia que no deberia provocar problemas de operación. Esta info es verificable revisando los variados reportes NOOA que se propalan por la web.
A diferencia de los oleajes regulares, que se generan por la fuerza de rozamiento del viento sobre la superficie del mar, el tsunami se origina en el fondo marino por masivos y violentos desplazamientos de masas debidos a terremotos o erupciones volcanicas. Su comportamiento es totalmente distinto al oleaje regular y su característica mas importante no es su altura, si no su enorme período o longitud de onda (el periodo del oleaje regular rara vez excede 20 segundos). Así, un tsunami de 1 m de altura a 30 minutos de periodo puede ser mucho mas devastador que otro de 2m a 15 minutos.
Es importante notar que el tsunami viaja literalmente bajo el oleaje regular (que viaja a menos de 50kph en altamar) a no menos de 500 y en muchos casos hasta 1000kph. Esta condición, sumada al gran periodo (en este caso, una onda de menos de un metro que tarda mas de 15 minutos en levantarsr), hacen que la mayoría de tsunamis sean casi imperceptibles mar adentro. Lo que si se percibe es su rebote en el litoral, lo que no fue el caso porque estaban frente a una playa abierta.
A diferencia del oleaje regular, que produce un levantamiento o movimiento vertical de la superficie, sin desplazamiento de materia, el tsunami, al “sentir” el fondo empieza a desplazar agua horizontalmente y a gran velocidad, lo que claramente puede ocasionar problemas de operación en puerto.
Por último, es un hecho facilmente verificable que lo que hubo ese sabado entre 3 y 6 de la tarde fue el tsunami generado por la erupcion en Tonga y, vistos los efectos, justificabase sobradamente que la MGP lanzara la alerta.
Todo lo anterior no contiene opinión. Es data corroborable. Saquen uds sus propias conclusiones, que las mias las tengo claras.
Excelente artículo donde se pone a descubierto la mentira de la empresa Repsol.
Gracias al periodista La Hoz, que ha compartido el material que ha investigado no sólo versiones, sino que también material de otras personas e instituciones.
Esto representa un gran material para exigir a quienes correspondan una rápida respuesta y solución al GRAN DESASTRE PETROLERO DE LA PAMPILLA, REPSOL
UN ATENTADO BIOLÓGICO DE UNA MAGNITUD ECOLÓGICA QUE NO TIENE NOMBRE Y QUE TODAVÍA NO SABEMOS LAS VERDADERAS CONSECUENCIAS DE LO QUE NOS TOCA VIVIR COMO PAÍS.
En cuanto al derrame, sumamente preocupante la postura de una empresa premiada internacionalmente por las gestiones, pueda ahora no asumir una responsabilidad, ante una magnitud irreparable cada segundo que pasa, y asimismo la falta de pronunciamientos de OSINERMIN, Fiscalia, PNP-Ecologica, Colegios Profesionales, La Academia, es momento de intervenir y participar de rodos los investigadores y especialistas en proponer soluciones ante dicha emergencia, por el desastre del ecosistema y sus repercuciones en la afectación de la salud publica.