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Miedo y plata

La liga de ascenso de Colombia quedó manchada por una sospechosa jugada que hizo recordar la presencia del narcotráfico en el fútbol. El Unión Magdalena —un club vinculado con un cartel—anotó un gol sin oposición alguna. El periodista Brandon Tavara Salazar hace un recuento de los casos en los que clubes y futbolistas vieron comprometida su ética o integridad por la influencia de dinero mal habido o por la presiones de sicarios o dictadores.

Minuto 95. El club colombiano Unión Magdalena se juega su ascenso a Primera División. Sin embargo, el marcador es adverso. Su rival, Llaneros FC va arriba en el marcador por 1 a 0. Solo un milagro podría salvar al club de Santa Marta. Y el milagro se presenta, pero de manera muy sospechosa. En los últimos instantes del encuentro, Unión Magdalena marca el empate. Se acerca al ascenso. Y así se da la escena que ha dado la vuelta al mundo.

Centro al área, la recibe el 9 que avanza solo. El arquero no lo toca, no lo incomoda, lo sigue hasta fuera del área chica y deja el arco vacío. Los defensas se miran entre ellos, no se atreven a intervenir. El 9 se la pasa a un compañero quien remata sin mucha convicción, los defensas se voltean eludiendo la pelota. Gol. Unión Magdalena ha volteado el partido, 2 a 1, en apenas un minuto. Ahora será el nuevo inquilino de la Categoría Primera A del fútbol colombiano.

Las reacciones no se hicieron esperar. “Uno de los hechos más bochornosos del fútbol colombiano”, señaló la prensa nacional. “Eso no se hace hijue***”, gritaron los hinchas de Llaneros FC al término del partido. “Me siento robado”, dijo entre lágrimas el director técnico de Fortaleza, el equipo que disputaba el ascenso con Unión Magdalena.

https://www.youtube.com/watch?v=acwMbBoKn_M

Ante los reclamos, la Fiscalía, el Congreso Nacional y la Federación Colombiana se encuentran investigando un caso que ha sido sindicado como una “vergüenza nacional” por el ministro del Deporte colombiano, Guillermo Herrera Castaño. Y es que todo indica que el resultado está relacionado con un caso de amañe y extorsión. Y no es la primera vez que la ética deportiva de un equipo de fútbol se ve corrompida, ya sea por dinero o por miedo.

PLATA O PLOMO

Justamente en Colombia, entre las décadas del setenta y del ochenta —cuando el narcotráfico tenía secuestrado al país— los capos de la droga decidieron invertir su dinero en equipos de fútbol. Como lo indica el sociólogo David Quitian en su libro “El narcotráfico en el área de penal”, a fines de la década del setenta, los hermanos Dávila Armenta compraron el Unión Magdalena, y lo convirtieron en el primer equipo de fútbol en ser dirigido por narcos. Luego en los ochenta, el Cartel de Cali invierte en el Independiente Santa Fe y el de Medellín en el Millonarios de Bogotá. Pero la gran competencia se daría cuando los hermanos Rodríguez Orejuela se hicieron con el América de Cali. Fue entonces que Pablo Escobar, principal competidor de los Rodríguez Orejuela, decidió patrocinar directamente al Atlético Nacional y llevar su enemistad a los campos de fútbol.

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Lamentablemente la rivalidad no se quedó dentro de las canchas y comenzó una campaña de miedo y corrupción fuera de ellas. Como señala Toni Padilla en “El historiador en el estadio”, los Carteles de Cali y Medellín invirtieron grandes cantidades de dinero en convertir a sus clubes en potencias sudamericanas. Escobar y los hermanos Rodríguez Orejuela contrataron a estrellas locales como Freddy Rincón, Anthony de Ávila, Faustino Asprilla y extranjeras como César Cueto, Guillermo La Rosa, Ricardo Gareca, Julio César Falcioni o Roque Alfaro. Los resultados fueron tres finales de Libertadores jugadas por el América de Cali y un título continental del Atlético Nacional.

Gareca y Falcioni jugaron en el América de Cali vinculado con el narcotráfico. INFOBAE.

Pero dichas gestas quedaron manchadas por la injerencia del ‘plata o plomo’. Juan Bava, uno de los integrantes de la terna arbitral que dirigió la semifinal que se jugó en Medellín confesó que una noche antes del encuentro entre Atlético Nacional y el Danubio uruguayo, unos sujetos con ametralladoras le ofrecieron 50.000 dólares a cada colegiado para que gane el equipo colombiano y les advirtieron que sus “cabezas tenían precio”.

Bava contó que, luego que se retiraran los sujetos armados, discutieron sobre cómo debían proceder, a lo que uno de ellos dijo: “Mirá, vos hacé lo que quieras, pero si a los 10 minutos el equipo de aquí no gana 2 a 0 yo tiro el banderín a la mierda, me meto a la cancha y hago un gol de cabeza, ¿me escuchaste? Tengo dos hijos para criar”.

Como cuenta Padilla, años después, Pablo Escobar condenó a muerte al árbitro Álvaro Ortega por haber anulado un gol del Deportivo Independiente Medellín en un partido contra el América de Cali correspondiente al torneo colombiano. Esa muerte ocasionó la suspensión del campeonato colombiano de ese año. Asimismo, recientemente también se recordó que Gareca estuvo en la mira del ‘Patrón del mal’. En una entrevista en la televisión argentina, el director técnico de la selección peruana hizo mención a una entrevista que se le hizo a ‘Popeye’, uno de los sicarios de Escobar, en la que el criminal confesó que el Cartel de Medellín planificó un atentado contra Gareca y otros jugadores del América de Cali. Por suerte, nunca se llegó a concretar.

EL NARCO Y LIGA MX

Pero las conexiones entre la violencia del narcotráfico y el fútbol no se limitan al caso colombiano. En México, recientes reportes afirman que hay varios equipos de primera y segunda división inyectados con dinero de narcotráfico. Equipos importantes como el Querétaro, León, Santos, Necaxa, Puebla e incluso el Cruz Azul se han visto manchados e investigados por vinculos con el narcotráfico mexicano.

El caso más famoso es el de Tirso Martínez, conocido como ‘El Futbolista’. El ahora preso narcotraficante confesó, durante el juicio del ‘Chapo’ Guzmán, que utilizó dinero del Cártel de Sinaloa para comprar los equipos de Querétaro, Celaya, Mérida La Piedad e Irapuato. El caso más sonado fue el de Querétaro, un equipo de Primera División.

A diferencia de los narcos colombianos de hace décadas, los narcotraficantes mexicanos sí son aficionados al fútbol, pero su principal interés siempre fue utilizar a los equipos de fútbol para lavar dinero. “Llegaban en una camioneta afuera del estadio, sacaban sus sobrecitos amarillos y te decían ‘aquí está, cuéntalo’…”, narró un ex jugador de Querétaro al periodista mexicano Ignacio Suarez, especialista en temas de fútbol y narcotráfico. Finalmente la Federación Mexicana compró el equipo por 10 millones de dólares para desaparecerlo. Años después volvería pero con otros dueños y con las cuentas claras.

Aparentemente no se ha llegado a los niveles de violencia de aquella época del narco-fútbol colombiano, probablemente porque el objetivo nunca fue competir entre equipos rivales, sino solo lavar dinero. Sin embargo, las autoridades mexicanas han intentado recuperar aquellos equipos y limpiar su imagen y libros contables.

DICTADURA Y DROGA

Una de las polémicas más grandes del fútbol peruano y argentino tuvo lugar en la Copa Mundial de Futbol de Argentina 78. La selección del país gaucho se enfrentaba con la blanquirroja en la última fecha de las semifinales. Ambos países compartían una característica en común: ambos estaban gobernados por una dictadura militar.  Mientras Argentina estaba bajo la mira de la junta dirigida por Jorge Rafael Videla, Perú estaba gobernado por Francisco Morales Bermúdez.

La selección argentina necesitaba un milagro para clasificar a la siguiente ronda del torneo. Tenía que ganar por una diferencia de cuatro goles para superar en diferencia de goles a Brasil y poder jugar la final. Y lo que parecía imposible, incluso se superó con creces. Argentina ganó por seis goles contra cero. Un partido lleno de goles sospechosos, jugadores titulares reemplazados sin ninguna explicación y la polémica visita del dictador Videla al camerín peruano.

Según declaraciones del seleccionado Germán Leguia, Rafael Videla ingresó al camerín y dio un discurso de unidad y solidaridad entre las naciones hermanas de Perú y Argentina y afirmó que ya había conversado con el presidente Morales Bermúdez. “Leyó un comunicado de Morales Bermúdez que decía que nosotros habíamos cumplido ya en el mundial. Era fácil de entender, te hablaban de hermandad, si no campeonaba Argentina iba a haber una guerra civil. Todas las noches habían helicópteros, bombas”, afirmó Leguía.

En ese camerín también estuvo Rodulfo Manzo, el defensa central que jugó ese partido. Manzo fue señalado como uno de los principales protagonistas de aquel polémico espectáculo. Apodado como ‘el vendido’, después del mundial fue contratado por el Vélez Sarfield de Argentina y trascendió que había recibido cincuenta mil dólares. Finalmente tuvo que salir a desmentir en una conferencia que no había recibido ese dinero.

Años después, Óscar Ortiz, jugador argentino, confirmó lo dicho por el defensa peruano José Velásquez, quien afirmó que los seleccionados argentinos jugaron dopados ese partido: “hay dinero y hay drogas, por lo tanto hay dopping y soborno, ¿te contesté o no?”.

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Justamente aquella droga de la que hablaba Ortiz, los cincuenta mil dólares que le acusaban a Manzo, y el dictador Videla presente en el palco de aquel partido, estuvieron fuertemente relacionados con el inicio de este relato: los Rodríguez y el narcotráfico colombiano dentro del fútbol.

Como lo reporta Padilla, Fernando Rodríguez Mondragón señaló que su tío Miguel Rodríguez Orejuela, capo del Cartel del Cali, habría sido nexo y hasta habría entregado el dinero para sobornar a los jugadores peruanos, al presidente de la Federación Peruana de Fútbol de aquellos años y para cerrar el trato que asegurara el pase de Argentina a la final del Mundial.

Y como si la vida se esforzara en mostrarnos cuán caprichosa puede llegar a ser, esta nueva polémica nos ha regresado a Colombia, al mismo lugar y equipo donde empezó todo: el Unión Magdalena se ve nuevamente incluido en una investigación por un bochornoso incidente del que se ha comentado en todo el mundo. Prensa internacional, jugadores de la selección colombiana, congresistas y ministros se han pronunciado sobre este suceso que, luego de más de dos semanas de investigación, al igual que la corrupción en el fútbol, no parece tener un final cercano.

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