En esta nueva entrega del multiverso deportivo, un travieso dios ‘sudoroso’ evita una de las mayores frustraciones que vivió el hincha peruano en eliminatorias al empujar a Andrés Mendoza a patear con la derecha en la jugada definitoria del partido contra Ecuador del 2005. El gol del ‘Condor’ terminará cambiando el destino de algunas estrellas de la Selección.
Todo el que siguió con pasión las eliminatorias mundialistas de la primera década del siglo XXI tiene grabada en la memoria una traumática jugada. El 30 de marzo del 2005, la Selección Peruana se jugaba un partido clave con Ecuador en Lima. A cinco fechas del final de la clasificatoria y a cuatro puestos de la zona de repechaje, a la blanquirroja le urgía una victoria contra un rival sumamente duro. Y como se había anticipado, el partido no resultó nada sencillo. En el minuto 88, el marcador reflejaba un empate a dos que dejaba al combinado patrio con muy pocas opciones de clasificar al mundial de Alemania. Sin embargo, de pronto, a la selección le llegó la oportunidad que tanto había estado esperando.
Con la blanquirroja entre la espada y la pared, el ‘Chorri’ Palacios metió un pase a profundidad que logró colarse entre los defensores ecuatorianos. El balón fue recibido con eficiencia por Andrés ‘el Cóndor’ Mendoza quien con un buen control orientado logró sacarse al arquero y quedar solo frente al arco. Sin embargo, lo que vino después dejó atónita a la hinchada peruana. A pesar de que la jugada exigía definir con la derecha, ‘el Cóndor’ apostó por rematar con su zurda. El resultado terminó siendo una pifiada que desquebrajó más de un corazón. Con el blooper de Mendoza se selló la suerte de la selección en el partido y en el resto de la eliminatoria. El empate provocó la renuncia del entrenador Paulo Autuori y motivó el arribo de Freddy Ternero. Sin embargo, el cambio no cuajó. La blanquirroja quedó eliminada tras sufrir sendas goleadas ante Colombia y Venezuela.
Desde entonces, ‘El Cóndor’ es recordado como el gran responsable de que la selección no jugara el Mundial de Alemania. Tanto así que Andrés protagonizó hace algunos años un comercial en el que llamaba a los hinchas para pedirles disculpas por haber errado el gol decisivo. Sin embargo, a veces, un travieso dios sudoroso puede tener piedad de un delantero con mal juicio al darle la oportunidad de definir con la derecha. Y en esta línea temporal, la reivindicación del ‘Cóndor’ tendrá consecuencias en la carrera de algunos seleccionados.
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29 de marzo del 2005. El entrenador de la selección peruana, Paulo Autuori, tiene una corazonada. Algo le dice que Andrés Mendoza tendrá un papel clave en el partido definitorio contra Ecuador. A pesar de que su lugar es en el banquillo, piensa que puede ser la variante que le sirva de solución ante la eventualidad de un partido cerrado. Empujado por su intuición, al culminar la práctica le pide a Andrés que se quede a practicar la definición. Al comprobar que el delantero solo usa la derecha para apoyarse, lo reta a probar con la coja. “¡Chute com a direita!” “¡Patea con la diestra!”, grita desesperado. Mendoza no parece reaccionar. Como si no escuchara, sigue probando con la zurda. La pasividad del delantero empieza a sacar de quicio al técnico. Sin embargo, tras varios minutos de insistencia, Andrés se atreve a probar con la derecha. Tras varios intentos exitosos, Autuori da por terminada la práctica. El entrenador cierra el día con la confianza de que ‘el Cóndor’ puede ser factor.
Un día después, el técnico brasileño ve como se le ha cerrado el arco a la blanquirroja. Tras la volteada ecuatoriana, Farfán logró empatar a dos el marcador. Sin embargo, desde el minuto 58 todos los intentos han sido infructuosos. Mira al banquillo y se encuentra con el rostro de Mendoza. Vuelve a pensar que puede ser la solución. A cinco minutos del final, lo mete al partido. Cuando el reloj marca el minuto 88, confirma que su corazonada era correcta. Un pase a profundidad del ‘Chorri’ llega a Andrés quien con un control orientado se saca al arquero Villafuerte para quedar solo frente al arco. “¡Chute com a direita!”, grita Autuori mientras ve la jugada en cámara lenta. Cuando siente que el estadio se viene abajo, comprueba que su dirigido le hizo caso. Un débil remate de derecha ha sido suficiente para meterla en la portería ecuatoriana. La selección ha cumplido el objetivo. Le ha volteado el partido a Ecuador en extremis y se ha vuelto a poner en carrera. ‘El Cóndor’ y Autuori recuperan el crédito que habían perdido en los últimos partidos. El gol de Andrés termina siendo el respirador que les permite terminar la eliminatoria.
La selección no vuelve a perder en la eliminatoria. Cuatro empates seguidos contra Colombia, Uruguay, Venezuela y Argentina permiten que llegue a la última fecha con posibilidades de acceder a la zona de repechaje. Una victoria sobre Bolivia como local le permitiría superar a Uruguay y quedarse con el quinto puesto. La blanquirroja cumple con la afición al golear por 4 a 1 a la escuadra altiplánica en un partido en que ‘el Cóndor’ se luce con dos goles marcados con la derecha. Sin embargo, la sorpresiva victoria de Uruguay sobre Argentina evita que el equipo de Autuori se quede con el quinto lugar y acceda al repechaje.
El consenso general es que la selección de Autuori tuvo una performance aceptable en la eliminatoria. El haber luchado hasta la última fecha y haberse quedado fuera por el ‘pacto de Montevideo’ termina siendo el consuelo que hace menos duro el sexto fracaso mundialista consecutivo. Sin embargo, el respaldo popular no es suficiente para mantener al técnico brasileño en el cargo. Concluido el Mundial de Alemania 2006, el presidente de la FPF, Manuel Burga, afirma que es el momento para un cambio de timón y que es momento de que un técnico nacional asuma el cargo. El elegido es Freddy Ternero, el técnico que sacó campeón de la Sudamericana al Cienciano del Cusco y que también alzó la Recopa. Tras haber disfrutado de dos años sabáticos dice estar listo para el desafío.
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La primera medida que toma Ternero tras asumir el cargo es reunirse con los referentes del seleccionado. El flamante seleccionador se ha puesto como meta ganar la Copa América del 2007 y para ello quiere seguir la misma estrategia que aplicó con el Cienciano en la Copa Sudamericana. Usando tácticas de coaching buscará convencer a sus dirigidos de que son capaces de alcanzar cualquier meta que se propongan. Y siguiendo la fórmula del ‘Papá’ decide formar un equipo en el que coincidan jugadores jóvenes y de experiencia. Bajo esas consignas en los meses previos al torneo continental se reúne con los experimentados Claudio Pizarro, Roberto ‘el Chorri’ Palacios, Nolberto Solano y con las figuras en ascenso Juan Manuel Vargas, Paolo Guerrero y Jefferson Farfán. Y para cada uno de ellos, tiene preparada una dinámica que le permita mejorar su rendimiento en el seleccionado.
CLAUDIO PIZARRO
El primer referente con el que decide reunirse es con el ‘Bombardero de los Andes’. A pesar de sus éxitos en Alemania, Pizarro es uno de los seleccionados más resistidos por la afición. Su falta de gol con la blanquirroja y su estrecha relación con Autuori han provocado que se vuelva uno de los ‘caseritos’ de los imitadores y el ‘chivo expiatorio’ perfecto de los comentaristas deportivos. Tanto así que se ha vuelto célebre un sketch cómico en el que el técnico brasileño llamada “aiyado” al delantero del Bayern Múnich. Ternero sabe que es urgente levantarle la moral a Pizarro y reconciliarlo con la hinchada.
Apelando a sus estrategias de motivación, el coach busca hacerle ver a su dirigido que es importante que supere sus miedos. Ternero le explica que el arco se le ha cerrado porque carga un peso demasiado grande encima.
—Demasiado pronto tuviste que asumir el liderazgo de la selección. Ahora te sientes responsable por los dos fracasos. Tienes que liberarte Claudio —afirma el entrenador.
—Tiene razón profe. Por fin alguien me entiende —le responde un Claudio emocionado.
—Ahora tienes que regresar a tus orígenes. A lo básico. Tienes que tener los pies en la tierra. Aprender a pisar con confianza.
Las palabras de Ternero deslumbran a Pizarro. Escucha a su técnico como si fuera un gurú. Siente que es el discurso motivador que necesita, ahora que va a afrontar nuevos retos como jugar en el Chelsea de Mourinho. De pronto, el entrenador le explica su plan. Para seguir siendo capitán de la selección debe demostrarle a sus compañeros que ha recuperado el coraje. El reto que debe llevar a cabo es caminar sobre brazas ardientes.
—Viste lo que pasó con Cienciano. Imagínate lo que pasará contigo.
A Claudio no le convence del todo la idea, pero se convence de que no tiene nada que perder. Finalmente, acepta. Una semana después, con todo el seleccionado de testigo, Pizarro se enfrenta a las brasas. Confiado en que la dinámica lo hará vencer sus miedos, el capitán de la selección empieza a caminar sobre el lecho. De pronto un dolor intenso lo hace acelerar la marcha a tal nivel que termina resbalando y cayendo de cara en las brasas. Horas después, Pizarro se despierta en la clínica con quemaduras de tercer grado. Al día siguiente, recibe una llamada del Chelsea en el que le exigen regresar lo más pronto posible a Inglaterra. Su presencia en la Copa América queda totalmente descartada.
JUAN MANUEL VARGAS
Tras la fallida dinámica con Pizarro, Ternero decide concentrar sus energías en otro potencial líder: ‘El loco’ Vargas. Con el lateral viviendo el mejor momento de su carrera —es titular indiscutible del Catania de la Serie A italiana—, el técnico sabe que la falta de confianza no es su problema. Lo que le preocupa son los apetitos del jugador. Sus asistentes le han informado de lo fácil que cae Vargas en las tentaciones. Su estrategia consistirá en buscar frenarlas.
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Ternero invita a un cuarto a Vargas en el que en una pared aparecen fotos de la familia del seleccionado y de sus logros en Italia —las responsabilidades que marcan su vida—. En la otra, se encuentran imágenes de las tentaciones que pueden terminar afectando su rendimiento.
—Juan Manuel te vas a quedar solo en este cuarto. Quiero que te concentres en la pared que tú consideres que te puede llevar a la felicidad. En unos minutos regresaré para que me compartas tu experiencia.
—Está bien profe, tranquilo yo lo espero.
Confiado en el éxito de su experimento, Ternero vuelve al cuarto. Al cruzar la puerta se encuentra con una habitación vacía. Al mirar hacía la pared de responsabilidades se da cuenta que está intacta, pero cuando se fija en la de tentaciones se da con la sorpresa de que todas las imágenes han desaparecido. Vargas se ha fugado llevándose todo lo que lo hace feliz. Horas después, recibe la comunicación de que el lateral ha renunciado a la selección y que ha vuelto a Italia.
‘ÑOL’ Y ‘EL CHORRI’
Tras fracasar con sus primeros prospectos de capitán, Ternero decide recurrir a los jugadores de más experiencia. ‘Ñol’ Solano y el ‘Chorri’ Palacios son los referentes que necesita para motivar a la nueva camada que busca consolidarse en la selección. Sin embargo, el técnico sabe del conflicto entre ambos. Se pone como meta lograr que los veteranos se amisten.
Rápidamente Ternero se da cuenta que la misión no será fácil. Ambos ni se miran a pesar de estar a escasos metros de distancia. Sin embargo, el técnico confía en su discurso motivador y en la dinámica que ha preparado. Les recuerda lo importante que es la confianza mutua en un equipo y les señala que ellos como referentes históricos de la selección deben dar el ejemplo. Tras el sermón, les explica la dinámica que reforzará los lazos.
—Tienen que aprender a confiar en el otro. Se pondrán en fila y el que esté adelante se dejará caer. La idea es que el que esté atrás sostenga a su compañero.
—Está bien profe. Yo quiero empezar —dice ‘el Chorri’.
La buena disposición del volante emociona a Ternero quien confía en que está vez su dinámica será un éxito. Sin embargo, la esperanza durará poco. A los pocos segundos, Palacios está en el piso. Solano no evitó que su compañero acabe en el suelo.
—¡La concha su madre! ¡Ya ve profe! Este traidor otra vez me volvió a cagar. Igualito como hizo con el Newcastle. No se puede confiar en él. ¡Es un cagón!
—No, profe. Me hueveé. Pensé que se iba a ir para adelante. Probemos de nuevo.
—¡Fuera cagón! —grita antes de salir del cuarto tirando la puerta.
Horas después, Ternero recibe un ultimátum del ‘Chorri’ en el que le indica que no jugará en la selección mientras ‘Ñol’ esté en el equipo. Consternado por la situación, el técnico toma una decisión salomónica. No convocará a ninguno de los dos. De esa manera se cierra el ciclo, de los referentes más experimentados de la bicolor.
GUERRERO Y FARFÁN
La fallida experiencia con los veteranos lo lleva a Ternero a fijarse en los jóvenes. A pesar de que a Paolo y a Jeffry les falta kilometraje, ambos tienen la pasta de líderes. Además, a diferencia del ‘Chorri’ y ‘Ñol’, Guerrero y Farfán son amigos íntimos. El técnico esta vez cree que ha dado en el clavo.
Pero la apuesta empieza mal. Cuando convoca a Jeffry se da con la sorpresa de que ha rechazado la reunión. Sus métodos poco ortodoxos han llegado a oídos de Raúl González, el empresario de Farfán, quien preocupado por una posible lesión de su patrocinado le aconseja no presentarse. La ausencia del delantero del PSV Eindhoven llevan a que Ternero ponga todas sus esperanzas en Guerrero. Para su suerte, el ariete del Hamburgo sí está dispuesto a seguir su disciplina.
El técnico de la selección descubre que el caso de Paolo es bastante retador. Las presiones que vive en Alemania le han generado ataques de ira y fobia a volar. Ternero se pone como un reto personal ayudar al delantero a superar sus problemas. Tras una sesión de coaching lo convence de que la única manera de superar su miedo a subirse a un avión es caminando sobre brazas ardientes. Preocupado por la suerte que vivió Pizarro, Guerrero le pone peros al reto.
—Pero, tú no eres como Claudio. Tú eres un verdadero líder, todo está en la mente. Camina sin miedo —le dice el técnico.
Convencido por las palabras del seleccionador, Paolo camina sobre las brazas y para su sorpresa no siente ningún dolor. Con cada paso que da se le van sus miedos. De pronto, no tiene síntomas de ansiedad ni arranques de ira. Se ha curado. Ternero entra en éxtasis, siente que ha encontrado al capitán de su selección. Por fin, tendrá al jugador capaz de inculcar su filosofía en el equipo.
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Sin embargo, el primer día de entrenamiento para la Copa América, Guerrero no se presenta a la Videna. Un preocupado Ternero llama a Doña Peta para preguntarle por el paradero de su hijo. La mamá de Paolo le pide que vaya a visitarla para que vea con sus propios ojos lo que ha pasado. Cuando el técnico llega a la casa de los Gonzales se encuentra con Paolo caminando sobre brazas.
—Profe, me da tranquilidad. No me imagino caminando sobre otra superficie. Es lo máximo.
Ternero sabe que todo está perdido. Ese mismo día desconvoca a Guerrero. La suerte está más que echada. En su lugar termina convocando al ‘Cóndor’ Mendoza quien ahora solo define de derecha.
Ninguno de los referentes de la selección jugó la Copa América de Venezuela ni las eliminatorias para Sudáfrica 2010. La selección de Ternero tuvo un pésimo rendimiento tanto en el torneo continental como en las clasificatorias. La ausencia de figuras de renombre provocó que la blanquirroja no tuviera material humano para competir con los equipos del continente. En la Copa América fue eliminada en primera ronda y quedó última en las clasificatorias. Pocos podían explicarse porqué Ternero se mantuvo en el cargo hasta la última fecha de la eliminatoria. Las malas lenguas afirman que fue porque le enseñó a Burga estrategias de coaching que le permitieron reelegirse. Pizarro nunca pudo recuperarse de las quemaduras de tercer grado producidas por las brasas ardientes. El Chelsea lo dejó libre tras recibir el diagnóstico demoledor del cuerpo médico. Nunca volvió a jugar en la selección. Se retiró en Alianza en una temporada en la que no metió ningún gol. Vargas no regresó al Perú. Los programas de espectáculos afirman que su esposa le encontró las fotos de sus tentaciones y le prohibió viajar a Lima. Concentrado en su juego, logró dar el gran salto y llegó a ser fichado por el Real Madrid. Fue parte del equipo que ganó el triplete en la Champions. ‘Ñol’ y ‘Chorri’ nunca llegaron a amistarse. En su autobiografía, Palacios cuenta con lujo de detalles el episodio en el que Solano no quiso evitar que se cayera al piso. Farfán y Guerrero volvieron a la selección tras la salida de Ternero. Paolo le enseñó a Jeffry a caminar sobre brasas ardientes. Hasta el día de hoy, el ‘Cóndor’ Mendoza afirma que el mejor gol que anotó en su carrera fue el que le marcó a Ecuador el 30 de marzo del 2005. “Es que lo hice con la coja”, afirma. ~