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El año de la reactivación

En menos de seis meses, la selección peruana pasó de estar última en las Eliminatorias con los críticos prendidos del pescuezo de Gareca a ubicarse cuarta en la Copa América y meterse a zona de clasificación mundialista. ¿Cómo fue posible este volteretazo? Horacio Zimmermann, periodista de Movistar Deportes, hace un exhaustivo balance del 2021.

El pitazo final del árbitro brasileño Wilton Sampaio sonó como una sentencia. Perú acababa de sufrir la peor derrota en casa de su historia por Eliminatorias tras el 0-3 frente a Colombia en el Nacional y los murmullos de una pronta eliminación empezaron a escucharse en cada rincón del país y con justificación: era el cuarto partido perdido al hilo del equipo de Ricardo Gareca, que tenía la peor diferencia de gol del torneo y ocupaba el último lugar en la tabla de posiciones.

“Todavía la vamos a pelear, como siempre, tengo fe de que vamos a levantar”, fue la respuesta del entrenador argentino en conferencia de prensa, originando la desesperación de la crítica por enumerar argumentos para dejar al DT como un inútil. “Por los suelos”, “Un desastre”, “Tocamos fondo”, fueron algunos de los titulares de los principales diarios deportivos del país al día siguiente de la cachetada que le propinó Colombia a la Selección Peruana.

La cachetada, sin embargo, trajo consigo la respuesta inmediata del comando técnico: como había sucedido en el proceso de clasificación anterior rumbo a Rusia 2018 cuando decidió dejar de llamar a Vargas, Pizarro, Zambrano e incluso Farfán para dar paso a un cambio que concluyó en los afianzamientos de Oreja Flores, Trauco, Ramos, entre otros jugadores, Gareca optó nuevamente por refundar la blanquirroja y el primer guiño de ese cambio sucedió cinco días más tarde, en Quito, contra una selección de Ecuador que marchaba en el tercer puesto.

Ricardo Gareca ya lleva más de seis años al frente de la selección peruana. TWITTER OFICIAL SELECCIÓN PERUANA

Sergio Peña y Gianluca Lapadula de titulares, Christian Cueva por izquierda y Marcos López de lateral izquierdo fueron los cambios —este último obligado por la expulsión de Trauco— que presentó Gareca aquella tarde en la capital ecuatoriana. El resultado: Ecuador 1, Perú 2. La cachetada había pegado y fuerte. A partir de entonces, Gareca se olvidó de los experimentos, como poner a Advíncula de volante, en una clara demostración de que estaba pensando más en la jerarquía de los jugadores, en desmedro de otros y el conocimiento de la posición.

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Después de ese primer guiño en Quito, y aunque la victoria no sacaba a la selección del último lugar, la Copa América asomó nuevamente como un salvavidas, como había sucedido en el 2016 con la Copa Centenario. Hagamos memoria: para aquella Copa, que se celebró para conmemorar los 100 años de fundación de la Conmebol, Perú había disputado seis partidos de Eliminatorias rumbo a Rusia 2018 y marchaba en el octavo lugar con cuatro puntos en la tabla. Entonces, se empezó a tejer la historia de siempre: un equipo con problemas de disciplina que no lograba conectar en la cancha y la permanencia de Gareca en discusión. La historia después de la Centenario es conocida: cambios, resultados y clasificación al Mundial luego de 36 años.

Qué coincidencia, ¿no? Por eso me atrevo a decir que la Copa ha sido el salvavidas de la selección durante la era del Tigre. En esta oportunidad, volvió a asomar tras el triunfo en Quito y sirvió por sobre todas las cosas para que “Gareca recobre confianza en el grupo de futbolistas y estos, a su vez, en el entrenador”, nos comentó una persona cercana al entorno de la bicolor; además de haber afianzado a Peña y Callens como titulares, el debut goleador de Lapadula y la capitanía de Pedro Gallese, en un torneo en el que Perú acabó cuarto pese a no contar con los pilares de la clasificación a Rusia como Advíncula, Guerrero, Flores, Farfán, etc.

La Copa América 2021 sirvió para renovar los ánimos de la selección peruana. TWITTER OFICIAL SELECCIÓN PERUANA

Uno de los cambios más importantes que se confirmó durante la Copa fue haber refundado el equipo desde el esquema. Se pasó de jugar 4-2-3-1 a 4-3-3. En el análisis previo, la mayoría —y me incluyo— coincidía en que los rivales nos habían tomado la mano: había que marcar o tapar a Yotún para bloquear las ideas de Perú. Bloquear a Yotún era alejar a Cueva y dejar solo a Carillo para la individual, lo que complicaba el panorama de creación. ¿Cómo se logró cambiar esto? Añadiendo a Sergio Peña al mediocampo. Si antes la selección jugaba con un ancla (Tapia) y un creativo (Yotún) en la primera línea de volantes, ahora pasó a tener un creativo más (Peña) —sacrificando a Flores a la banca— y, de esta forma, que la tarea de hacer jugar al equipo no reincida sobre un solo futbolista. Peña le ofreció a Perú la técnica y visión de Yotún en el mediocampo desde el otro perfil, desde la derecha.

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La seguridad del equipo en defensa, otro de los grandes problemas durante los primeros partidos de las Eliminatorias (14 goles en contra en 6 partidos), se mejoró a partir de la titularidad de Alexander Callens, premio para la disciplina y el respeto por la profesión de un futbolista que nunca hizo puchero por no tener los minutos deseados y que, en la titularidad, mantiene la misma humildad.

Otro punto importante y polémico se generó a partir de la titularidad de Christian Ramos. Yo tengo una mirada sobre este tema. Si bien la jerarquía de los clubes en los que están sus compañeros (Zambrano en Boca y Santamaría en Atlas) es notoriamente superior a la de Ramos en Vallejo, este cuenta con una ventaja en la selección: es la voz de Gareca en la cancha, dato que se refuerza con una versión dentro del comando técnico que destaca que Tapia obtiene sus mejores rendimientos cuando Ramos juega como titular.

La historia después de la Copa es conocida: cambios, resultados y ¿clasificación al Mundial? Quinto con 17 puntos en la tabla, Perú depende de sí mismo para ir a la Copa del Mundo en Qatar y no tener que esperar otros tantos años para hacerlo. Gareca tenía razón respecto a la recuperación en base a la fe que tiene en el grupo de jugadores que ha logrado conformar. Lástima que, a pesar del mérito tremendo del DT y sus colaboradores, deportivos y administrativos, todavía no podamos gritar el verdadero gol que merece el fútbol peruano: refundar la estructura de organización y desarrollo debido a los intereses personales y vitalicios de los dirigentes de la FPF, pero ese es otro tema… ~

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