Mientras las cámaras apuntarán a lo que pasa dentro de la cancha, María José Castro Bernardini pone los reflectores sobre las cuestionables políticas en torno a la homosexualidad en Qatar, la sede del Mundial 2022, luego de que Nasser Al-Khater, del Comité Organizador, dijera que pueden ir gays al torneo pero no podrán dar muestras de afecto.
La última fecha doble de las clasificatorias nos hace pensar que Qatar es posible. Los recuerdos de los miles de peruanos en Rusia vuelven a nuestra mente y sentimos la fiesta mundialista muy cerca, casi la podemos palpitar. Un Mundial de fútbol nos hace soñar, pero también podría ser ocasión para pensar en otros temas, como por ejemplo en lo que se legaliza, se oculta o se prohíbe.
Esta semana, Nasser Al-Khater, presidente de la comisión organizadora del Mundial Qatar 2022, “pidió” a los homosexuales evitar las muestras de afecto en público si asisten al torneo deportivo. “Están mal vistas y eso vale para todos”, sentenció en una tensa entrevista con CNN donde demostró el nivel de intolerancia que se vive en un país donde las libertades puede ser solo un sueño.
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Por ejemplo, las mujeres “deben pedir permiso de sus tutores masculinos para casarse, estudiar en el extranjero con becas del Gobierno, viajar al extranjero hasta cierta edad y hasta para atención de salud reproductiva”, según señala un informe de Human Right Watch.
Luego de que Al-Khater dijera que se puede ser gay y ver el Mundial pero no demostrarlo, la pelota quedó rodando: ¿Cómo se ha planteado este tema en los últimos mundiales?
DONDE SER GAY ES UN DELITO
En África, hasta ese año, 38 países criminalizaban por ley las relaciones entre personas del mismo sexo. En Asia y en el Medio Oriente un total de 23 países pensaba igual y en cuatro de ellos ser gay acarreaba la pena capital: la muerte.
Sudáfrica fue el primer país africano en ser sede de un Mundial de fútbol y también el primero en legalizar el matrimonio igualitario. En el 2006 se convirtió en el quinto país en el mundo en permitir que personas del mismo sexo se casen. Durante los años en que se vivió el apartheid, la homosexualidad era un delito, pero desde el regreso a la democracia, la Constitución de 1996 planteó sustanciales mejoras para la población LGTBI como la abolición de la ley de la sodomía, mayores derechos para adoptar niños, temas médicos, migratorios o de herencia.
Lamentablemente, los cambios a nivel legal, no marcan una aceptación en todos los espacios o regiones: las más conservadoras serían las zonas rurales. Por ejemplo, como parte de las medidas para evitar que los contagios de VIH-SIDA aumenten se obligó a la población a plantear públicamente su orientación sexual. Mientras se jugaba el Mundial, en Alemania se le sacaba tarjeta roja a la intolerancia en una marcha donde se celebraba el Día del Orgullo Gay y recordaban que “el fútbol lo es todo, también homosexual”.
La pelota llegó a ritmo de samba a otro país del sur del planeta. La postura del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, sobre el tema es bastante conocida: “si quieres venir a tener sexo con una mujer, adelante. Pero no podemos dejar que este lugar sea conocido como un paraíso para el turismo gay. Tenemos familias”, dijo tajante. Este es uno de sus puntales para atraer popularidad en espacios conservadores. Hace poco, nombró a André Mendonça, abogado y pastor de la Iglesia Presbiteriana, juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil.
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Pese a ello, un año antes del mundial, en el 2013, Brasil aprobó el matrimonio homosexual. Lo hizo antes que Francia o Inglaterra. Además, desde el 2018 las personas transgénero tienen derecho a cambiar su nombre oficial sin necesidad de una evaluación médica.
La pelota se fue para el norte. El mundial de Rusia será recordado como nuestro regreso después de 36 años, pero ¿cómo vive la población homosexual en dicho país? Según un ranking elaborado por Rainbow Europe, sería el quinto país en el mundo con peores condiciones para la comunidad LGTBI.
Como sabemos, Vladimir Putin, gobernante desde el 2020, es crítico a las leyes que promuevan derechos civiles en materia de diversidad sexual. “Mientras yo sea presidente, no habrá matrimonio homosexual”. Se sabe que el gobernante es bastante conservador y cercano a la Iglesia Ortodoxa. En noviembre de este año, otorgó a Kirill, patriarca ruso, la máxima condecoración estatal.
Rusia promulgó en el 2013 la ley contra la propaganda homosexual para “evitar” el supuesto daño psicológico que puede significar para los niños “exponerse a la homosexualidad” en diversas actividades, pese a que la homosexualidad dejó de ser un delito en el año 1993.
Aunque todavía no sabemos quiénes serán los que lleguen, el próximo año será el Mundial de Qatar. Esta semana las declaraciones de Nasser Al-Khater, presidente de la comisión organizadora del Mundial de Qatar 2022, llegaron con fuerza. Si bien plantea igualdad para todos, se “pide” los aficionados LGTBI asistir, pero “sin muestras de afecto en público”. ¿Por qué se plantea esto? En sus palabras, “Las demostraciones de afecto en público están mal vistas, y eso vale para todos. Qatar y los países vecinos somos mucho más recatados y conservadores. Eso es lo que pedimos que respeten los aficionados, y estamos seguros de que así lo harán”.
Según se plantea en un artículo de elDiario.es, la organización en defensa de los derechos LGTB Stonewall, en el país árabe se prohíbe “actos sexuales entre personas del mismo sexo. La organización dice que estos actos son castigados con penas de cárcel de uno a cinco años. También lo recoge un informe de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA), que señala que “ciertas fuentes” indican que la homosexualidad es castigada con penas de muerte”. Cuando se eligió a Qatar como sede del Mundial, ya se vislumbraban estas controversias.
Cuando se eligió a Qatar como sede del Mundial, ya se vislumbraban estas controversias. Frente a ello, organizaciones españolas como la Agrupación Deportiva Ibérica LGTB+, la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (Felgtbi+), y la Fundación Triángulo exigieron que no se organicen eventos deportivos en países donde no se respeten los derechos humanos.
CAVALLO TEME POR SU VIDA
Pese a que el fútbol, general y lamentablemente, ha estado ligado al ámbito heterosexual, cisgénero y masculino, el australiano Josh Cavallo se ha convertido en el primer futbolista profesional en “salir del clóset” mediante un video. “Hay algo personal que quiero compartir con todo el mundo: soy jugador de fútbol y soy gay. De chico, siempre sentí la necesidad de ocultarlo porque estaba avergonzado. Sólo quiero jugar al fútbol y ser tratado con igualdad. Estoy cansado de tratar de rendir al máximo de tu capacidad y vivir esta doble vida, es agotador”.
¿Qué piensa Josh sobre Qatar?: “Esto me entristece, al final el Mundial es en Qatar y uno de los mayores logros de un futbolista profesional es jugar para tu país, y saber que es en un país que no apoya al colectivo gay y que pone en riesgo nuestra propia vida, me aterra y me hace pensar si mi vida es más importante que hacer algo realmente bueno en mi carrera profesional“.
Pese a los discursos de la FIFA sobre el juego limpio y el apoyo a algunas causas, sería importante pensar en ¿por qué los dos últimos mundiales se han organizado en países con políticas de discriminación?, ¿qué es lo que mueve a la organización?, ¿será que el dinero del petróleo no se cuestiona?, ¿no podría ser el Mundial un espacio para pensar en el reconocimiento de nuestra diversidad más allá de la nacionalidad o es que el fútbol masculino seguirá bajo la sombra del machismo y la homofobia?
Interesante reflexión. Espero que tenga su continuación: un análisis ya cuando dé inicio el mundial. Saludos y éxitos!
Importante tema a evaluar y reflexionar. Buen análisis María Jose.
La FIFA tiene tarea. Y todos de cuestionarnos cuánto aprovechamos las oportunidades para el reconocimiento de nuestra diversidad.