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Los hijos de Artacho, ‘Pocho’ y Tito

La semana pasada nos dejó el polémico periodista deportivo Tito Navarro. Nuestro columnista Pedro Ortiz Bisso señala que con su fallecimiento se cierra una etapa en la historia de los programas deportivos radiales. Una en la que fue figura junto a Óscar Artacho y ‘Pocho’ Rospigliosi. En la actualidad sus herederos se encuentran en las plataformas digitales.

En los tiempos aurorales de la radio, las transmisiones de los partidos de fútbol se hicieron tan populares que el entonces Comité Nacional de Deportes quiso prohibirlas.  Cuenta Alonso Alegría en “OAX, historia de la radio en el Perú”, que sus directivos quisieron impedir el trabajo de Radio Miraflores —la número uno de la época, autodenominada “La Broadcasting de los deportes”— porque habían notado que el público prefería quedarse en casa a escuchar los encuentros antes de ir a la cancha.

Los dueños de la emisora decidieron sacarle la vuelta a la prohibición con una criollada muy nuestra: buscaron una casa cercana al viejo Estadio Nacional y empezaron a transmitir desde el techo. Se armó un lío gigantesco que se solucionó salomónicamente: a cambio de que Miraflores siguiera trabajando, se comprometió a promocionar los partidos.

EL ADIÓS DE TITO

La muerte de Tito Navarro —ocurrida el último 4 de febrero— cierra una etapa en la historia de los programas deportivos radiales el país, hoy en notorio declive a causa de los cambios impuestos por el mundo digital. Si bien existen voces como las de Juan Sedó injustamente olvidadas por lo que representaron en el desarrollo de las comunicaciones en el país, el periodismo deportivo radial del siglo XX lo definieron tres personajes: Óscar Artacho, ‘Pocho’ Rospigliosi y el fundador de “Campeonísimo”.

TAMBIÉN LEE: El enemigo público número 1, una columna de Pedro Ortiz Bisso.

“Los tres representaban, en cierto sentido, un modo de ser popular (y tal vez limeño). “Pregón Deportivo” —que dirigía Artacho— tenía algo de los señores antiguos, solemnes y serios; “Ovación” de Pocho era la modernidad y “Campeonísimo” —el programa de Tito— el achoramiento”, refiere Emilio Bustamante, docente universitario y autor de “La radio en el Perú”.

Peter Arévalo, conductor de “A presión radio”, coincide. “He sido testigo de cómo en los terminales, en los mercados, la gente escuchaba más a Tito que a ‘Pocho’ porque hablaba como ellos. Y sorprendía. En “Ovación”, Lucho Yzusqui arrancaba y terminaba la narración de un partido; en “Campeonisimo” podía arrancar Pepe Carrión, entrar Elejalder Godos y terminar Tito. Era una alternativa distinta”, señala.

Quienes conocieron al ‘Tigre del dial’ lo recuerdan como un tipo bonachón y amable, distinto al personaje sarcástico y agresivo que llamaba “babosos” o “cacasenos” a sus blancos favoritos —los dirigentes de la federación—, jugaba con el doble sentido –“¡Tóqueme la corneta, Sacristán!”- o despedía su programa reclamándole a su audiencia: “Amárrense de las manos porque de los buenos quedamos tú y yo”.

UN GIGANTE DEPORTIVO

Pero el rey indiscutible era Rospigliosi. Luego de trabajar con Artacho y adquirir popularidad en el diario “La Tercera”, fundó “Ovación” en 1964, convirtiendo a radio El Sol en la antena más caliente de la AM de lunes a viernes a las 7 de la noche y los fines de semana con programas que trascendían lo meramente deportivo como “Charlas de café” o “Tres en Ovación”. Comentaristas y narradores inolvidables como Enrique Valdés, Lucho Ossio Pastor, Lucho Garro, Mario Grau, Vides Mosquera, Luis Yzusqui, Miguel Portanova, Juan Iglesias, Koko Cárdenas, Carlos Enciso, Germán Villalobos, Fredy Lazo, Rolly Cadillo, El Veco, entre otros, le dieron lustre a sus mejores años. El eslogan del programa “Donde se hace deporte, ahí está Ovación” se nutrió del olfato único de Rospigliosi para responder al gusto popular (“Esto es lo que le gusta a la gente”). Así, en tiempos en que no existía Internet, fue el Google de los hinchas. Tenía reporteros cubriendo fútbol, básquet o tenis al mismo tiempo, informaba sobre lo que ocurría en el mundo sin demora y era capaz de conectar el camarín del Nacional con Fort Lauderdale para que un sudoroso Cholo Sotil hable con su compadre el Nene Cubillas luego de anotar un gol.

‘Pocho’ Rospigliosi hizo escuela en el periodismo deportivo. Su hijo Miki heredó Ovación, el programa de radio que fundó en 1964. EL PERUANO.

Impuso, además, una manera de comercializar los partidos en ese entonces inusual: como recuerda el periodista e historiador de la prensa peruana Juan Gargurevich, ‘Pocho’ ‘vendía’ los córners, los fouls, los tiros libres y los goles. Así luego de que el narrador gritaba gooool, el locutor comercial ingresaba a continuación con ¡Goooool Barrington, el casimir perfecto de pura lana! o ¡Pilsen Callao, calidad, tooooma! Si se detenía el juego, preguntaba ¿Qué pasó, qué pisó? y el locutor respondía: ¡Pisopak! Antes de un tiro libre decía: “Se acomoda la barrera… ¡cómo acomoda, Comodoy!” o para hacer la transición entre los comentaristas y el narrador, el entrañable Mario Grau preguntaba: ¿Qué hay para comer? Y de inmediato se escuchaba: “Pollos y parrilladas Hilton, ¡qué placer!”.

Tras su repentino fallecimiento en 1988, lo sucedió su hijo Micky cuyo estilo confrontacional le permitió mantener influencia y empatizar con las nuevas audiencias. Bajo su mando el programa dejó el viejo edificio de la avenida Uruguay en el Centro de Lima y se mudó a la calle Miguel Dasso, en San Isidro, donde se convirtió en radio. Pero en el 2006 perdió el control de la emisora tras una disputa con su socio. Hoy, aunque no tiene la relevancia de antaño, “Ovación” ha encontrado un nuevo público en el mundo digital, indica Michel Dancourt, conductor y comentarista principal del mítico programa central.

EL DECLIVE DE LA RADIO

La radio deportiva ha perdido la vigencia de otrora. Además de “Ovación” y los programas que aloja en su interminable parrilla, subsisten “Fútbol como cancha” de RPP, “PBO Campeonísimo” de Viva FM y “Exitosa deportes” de Radio Exitosa. Las audiencias han migrado al mundo digital donde han encontrado un sinnúmero de alternativas. Una de las más exitosas es “A presión radio”, que a pesar de solo transmitir vía Youtube, mantiene el nombre de radio por razones ligadas a la nostalgia.

“A la radio le debo lo poco o mucho que me ha dado la vida. Además, el formato es similar a un programa anterior en que participé, Fox Sports Radio Perú”, señala Arévalo, fundador del espacio.

En poco más de un año, el programa suma 180.000 suscriptores y durante sus transmisiones en vivo suele tener varios miles de dispositivos conectados, compitiendo directamente con “Al Ángulo”, el exitoso programa ancla de Movistar Deportes.

Arévalo cree que el rápido crecimiento que han tenido se debe a la diversidad de opiniones de su panel y a que no bloquean los comentarios del público, con quienes interactúan en vivo. “Cuántas veces la gente ha estado reprimida en televisión y no ha podido decir nada”, explica.

El público envía mensajes con bromas y apodos que los panelistas festejan y leen en vivo. ‘Mr Peet’ reconoce que es una suerte de homenaje al recordado Littman Gallo, periodista ya fallecido, quien en su programa ‘Deportegrama’ abría los teléfonos para escuchar los comentarios de sus oyentes y solía recibir una recatafila de insultos. ‘Gallito’ solo reía.

TAMBIÉN LEE: El partido contra el Covid, una columna de Pedro Ortiz Bisso

Vicente Cisneros, por muchos años comentarista principal de “Ovación”, cree que a las nuevas generaciones de periodistas les falta pasión. “Antes los periodistas iban a los entrenamientos, veían partidos completos, se nutrían de lo que podían encontrar allí. Hoy a muchos les basta con recoger la información que cuelgan los clubes en sus redes. Es cierto que cuentan con más herramientas y probablemente mejores conocimientos futbolísticos, pero tienen menos cultura general que antes”, indica.

La liberalidad que permiten las redes alcanza extremos inimaginables. “No sé si con la muerte de Navarro se cierra una etapa o si él abrió una que aún no se cierra”, dice Bustamante en referencia a los canales donde el escándalo, el insulto y los gritos destemplados son parte de la programación diaria. Es una manera de entretenimiento desbocada, indecente, que causa vergüenza ajena. Si no lo cree, busque Brutalidad Sports en youtube. Y suelte una lágrima conmigo. ~

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  1. Una sola corrección: “¡Goooool Barrington, el casimir perfecto de pura lana!” … Era distintivo de Pregón Deportivo, en la recordada voz de don Carlos Alberto Sosa… No perteneció a la cuña de Ovación..

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