El reciente estreno mundial del documental “Les bleus, une autre histoire de France” ofrece una mirada más compleja de la sociedad francesa desde la óptica del deporte. ¿Es posible realizar una relectura de los últimos veinte años desde el vínculo entre el fútbol y conceptos siempre tensionados como el racismo, la política, la identidad y la nación?
“El deporte es política”, afirma sin titubear Liliam Thuram –ex seleccionado de la Selección francesa de fútbol– al inicio de la película “Les bleus, une autre histoire de France”. Y no está exagerando.
“Es fútbol, pero es más que eso”, parece complementarlo Raymond Domenech, quien fuera uno de sus entrenadores en el Seleccionado nacional de Francia. Y tampoco se equivoca.
El fútbol, como el arte o la cultura, no es un pasatiempo más del ser humano. Se ha convertido (o lo han convertido) en un producto de masas, en un bien comerciable, en la droga del pueblo. Sí, es cierto, el fútbol se ha pervertido. Pero también es inobjetable que con el tiempo, gracias a su “democratización” o su “apropiación”, como se quiera ver, cada vez hay más sociedades que parecen perderse en las formas de un balón. Y también es cada vez más palpable dar cuenta que lo que pasa en una sociedad –o lo que nos define como sociedad, con nuestras virtudes y defectos– se refleja en el fútbol.
En las últimas dos décadas, la Selección francesa de fútbol fue una montaña rusa. Hasta el 2003, los bleus lo ganaron todo: la Copa del mundo, la Eurocopa y la Copa Confederaciones en dos ocasiones. De los pies de Zinedine Zidane, Thierry Henry, Patrick Vieira, entre otros héroes de leyenda, el equipo se ganó un sitial en los libros de historia deportiva y un rincón significativo en los corazones de los franceses.
No solo se trató de la lección de fútbol que le dio a Brasil en la final de 1998, o de la imbatibilidad del equipo en cuatro campeonatos oficiales. La composición de la selección pareció romper con el molde clásico del jugador nacional y permitió fundar un nuevo paradigma racial-social: un equipo blanco, negro y árabe. Un calco de la sociedad francesa moderna. Las victorias del equipo hicieron una perfecta sintonía entre el ciudadano común y los 11 que estaban en la cancha. El fútbol sirvió para crear un mito, una narrativa, respecto al país y la identidad nacional, una oportunidad para la construcción de un “nosotros” más real e inclusivo.
Pero poner a prueba este mito en el día a día fue un partido más difícil de ganar. Y sostener la idea de que el fútbol podía solucionar los desencuentros entre los ciudadanos fue un reto aún más grande. La eliminación temprana de la Copa del Mundo del 2002 y el inicio de atentados en las ciudades más importantes reventó la burbuja en la que permanecía encerrado el país y lo hizo despertar del sueño.
[adinserter block=”3″]Así, la historia de la Selección francesa en los últimos 20 años, con sus idas y venidas, no es solo una epopeya deportiva. Lo que pasó entre 1996 y el 2016 con el combinado azul se enmarca en un contexto en el que el país se vio vulnerable y tuvo que hacerle frente a la amenaza terrorista y principalmente a sus propios prejuicios y taras que impedían reconocer en los “otros” (árabes y negros) a ciudadanos franceses con los mismos derechos. En ese sentido, la trayectoria de la Selección de Francia en este período de tiempo no supone seguir únicamente los “procesos” generacionales –para hablar en el argot futbolístico-; es también observar cómo toman forma los dilemas de una sociedad al interior de un combinado nacional.
La cinta documental de Blanchard, Dauger y Dietz ofrece al espectador justamente una mirada más compleja de la Francia actual, a través del lente del deporte. Utilizando el fútbol como instrumento de análisis, se retrata la coyuntura política, social y cultural francesa exponiendo sus desafíos y avances. Intercalando victorias y derrotas dentro y fuera de la cancha, el documental ofrece una relectura de la época y fortalece el vínculo entre el fútbol y temas como el racismo, la política, la identidad y la nación.
Mediante un enfoque testimonial, la cinta recoge la voz de jugadores, entrenadores, artistas y políticos de la época para obtener una mirada desde adentro. Una producción imperdible en estos momentos de convulsión política mundial y en el que derrumbe de fronteras imaginarias hace preguntarnos quiénes somos y hacia dónde vamos como sociedad.
Sí, es fútbol, pero en realidad es más que solo fútbol.
Hola !!
Muy buena la nota, felicitaciones.
Muchas gracias, Julia. Si puedes compartirla con tus contactos, podrá llegar a más lectores. Saludos