¿Cuáles son las claves del presente del FBC Melgar? ¿Estar a punto de coronarse campeón del Apertura 2022 y ser el único equipo peruano en avanzar de fase en un torneo internacional fue posible solo con fútbol? La periodista Ornella Palumbo entrevista a Rafaela Pacheco, psicóloga arequipeña del club rojinegro, para entender cuánto ayuda esta área a la parte deportiva. ¿Qué tan bueno es para un jugador consumir redes sociales? ¿En qué se parece el proceso de un duelo y el de una lesión complicada?
Rafaela Pacheco se especializó en psicología deportiva en Barcelona y trabajó con la guía de Marcelo Márquez, quien fue psicólogo de la selección peruana de fútbol en el primer ciclo Ricardo Gareca. Ella nos ha guiado para entender cómo hacer para que un futbolista muy joven (cómo los que tiene Melgar) se sienta seguro cuando aún no ha recorrido la primera división. Hablamos de la confianza y sus fuentes de alimentación. De las emociones adaptativas: ¿puede ser útil la tristeza en un deportista?
Lo infaltable en estos tiempos: las redes sociales. Cómo catalizar las olas de opiniones positivas y negativas. Cuánto de ellas es saludable consumir. También explica sobre la interacción entre el comando técnico y el área de psicología y qué espacios ocupa cada uno en esta materia. Es un trabajo de ida y vuelta.
Lo que pasa dentro de una cancha de una forma más integral. No todo es gambeta y espectáculo.
Eres mujer y estás trabajando en el fútbol, haciendo un gran trabajo para Melgar de Arequipa en un momento de éxito del equipo. Además, eres de la región.
Me pareció algo súper valioso (que me mencionaran en TV) justamente porque a veces se deja mucho de lado el aspecto psicológico o, si es que lo toman en cuenta, es de una forma superficial, pero en realidad es todo un trabajo de fondo que hay detrás de la preparación mental.
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Aquí una suerte de mea culpa de nosotros, los periodistas deportivos, que hablamos de lo técnico, de lo táctico, del momento, y hablamos muy poco honestamente de la parte mental, y creo que es fundamental. ¿Por qué es tan importante la psicología deportiva y por qué hablamos tan poco sobre ella?
El tema de la salud mental en general ha sido un tema un poco tabú en el tiempo. Entonces, lógicamente, eso también va a afectar a los diferentes ámbitos donde nosotros podemos trabajar. El deporte no es ajeno a esto. Ahora ya no solamente se trata desde el punto de vista de la enfermedad, que era algo que se hablaba mucho en psicología. O sea, siempre se trataba como trastornos y cosas así, pero, en realidad, ahora también se ve este lado positivo de la psicología donde también podemos trabajar desde el punto de vista de mejorar las diferentes habilidades que se puedan tener. Específicamente, en el deporte, donde se intentan mejorar todas las habilidades para que el deportista esté a punto. Para que pueda, de alguna forma, trasladar todo lo que ha hecho en los entrenamientos a un partido, sin que el factor mental sea algo que lo afecte de forma negativa. Trabajamos de forma preventiva y proactiva también.
Ahí te quiero preguntar por algunos casos puntuales que hemos visto en los últimos años, porque creo que, ciertamente, la parte mediática afecta cada vez más. O el deportista está cada vez más expuesto a los medios de comunicación a las redes sociales. Hemos visto el caso de Byron Castillo, que está en el ojo de la tormenta y se le ve en un partido diciéndole al entrenador, después de fallarse un disparo, que lo saque, que no aguantaba más la presión. También vimos a Simone Biles, la gimnasta, el año pasado, hablar de la presión. Las tenistas se suman, ha habido más de una el año pasado que ha hablado sobre esto. Entonces, uno dice, mira, atletas de élite, que deben tener un equipo gigantesco de gente atrás ocupándose de cada aspecto de su vida deportiva y también les afecta. También les le llega la crítica y la presión.
Sí, en realidad, el alto rendimiento es muy complejo. Uno cree que es como una vida ideal, algo así como a veces pensamos de los famosos, pero, en realidad tiene muchísima presión y es un estilo de vida bastante complicado y, definitivamente, desde el punto de vista de la salud, es casi que están al límite. Muchos dicen que el alto rendimiento ya no es un estilo de vida saludable, no solamente por el tema de la exigencia física, sino también de la exigencia mental. Entonces eso sí es algo que se tiene que trabajar con cada deportista, porque, lógicamente, no todos afrontan las mismas situaciones de la misma manera.
Ahí hay un trabajo interesante. Porque al final es un grupo humano y me imagino que cada jugador es diferente y su motivación es diferente. Alguno lo hará para sacar a su familia adelante, otro lo hará por gloria deportiva, otro lo hará buscando irse a un club más grande. La motivación es una cuestión muy personal.
Sí, y también eso es parte del manejo que se debe tener como equipo. De hecho, los comandos técnicos justamente tienen que trabajar en eso, en cómo convencer al jugador de forma particular y al equipo en forma general para que todos puedan estar ordenados en cuanto a cumplir este mismo objetivo. Probablemente, algunos sí pueden tener sus objetivos personales, pero, finalmente, todos están comprometidos con un fin del equipo. Eso es algo que se trabaja mucho con el cuerpo técnico; ellos mismos son los que de alguna forma se encargan de eso, porque ellos son los que transmiten el mensaje todos los días en los entrenamientos.
¿Cómo funciona el flujo entre el trabajo del psicólogo, el comando técnico y los jugadores?
R: Mira, no es que haya una regla, porque va a depender mucho de cuál es la apertura del comando técnico, cuál es la experiencia que han tenido con el trabajo psicológico. Porque, de hecho, como cualquier otra profesión, algunos tienen buenas experiencias, otros no tienen experiencias, o no tan buenas, entonces ya pueden venir con cierto prejuicio. También es, un poco, ganarse el espacio. Y también depende mucho de lo que la propia institución crea conveniente, cuál es la necesidad.
Hay varias formas de trabajar. Una es trabajar casi directamente con los jugadores o con los deportistas, donde se hacen sesiones o intervenciones individuales y algunas grupales. Lógicamente, lo ideal es siempre mantener cierto contacto y cierta comunicación con el comando técnico, porque, finalmente ellos son los que los tienen en el día a día y los que pueden observar ciertas conductas, ciertos cambios en su estado de ánimo, en cómo reaccionan ante diferentes situaciones, en el caso de que nosotros, los psicólogos, no estemos todo el tiempo en los entrenamientos.
Otra forma de trabajar es ya mucho más integrado con el cuerpo técnico, donde podemos, dentro de su propio entrenamiento, aportar con ciertos aspectos psicológicos. Por ejemplo, en el caso del fútbol, si es que hay algún ejercicio donde puede haber un factor psicológico que se pueda entrenar, como, por ejemplo, que haya superioridad numérica. Ahí se trabajan algunas variables con los jugadores dentro de su propio entrenamiento.
Me imagino que, en la superioridad numérica, para el defensor, que está en inferioridad, es un momento de presión.
R: Exacto, sí. Y para los atacantes está esta expectativa de tener que cumplir con un ataque exitoso, porque se sobreentiende que, como están en superioridad, entonces se supone que tendrían que hacerlo de manera exitosa. Se trabaja desde ambos lados.
El famoso “acabar la jugada” cuando ya tienes la pelota.
Exacto.
Melgar logró hacer un balance entre jugadores muy jóvenes y jugadores con experiencia, y sacó adelante un proyecto integral, no solamente físico, con una idea de juego táctica, sino gente que confía en su juego y que tiene la capacidad de llevar la idea que se practica a la cancha. Obviamente, el tema psicológico es privado, pero ¿con qué desafíos te encontraste?
Uno de los primeros desafíos es el tema de la edad, porque, normalmente, la confianza se alimenta de los resultados. Entonces, muchas veces, los chicos jóvenes no tienen esa experiencia, y de por sí, la confianza ya está en desventaja. En ese caso se tiene que trabajar mucho en cuáles son estas fuentes de confianza, que no solo se alimenten con los resultados que hayan podido tener, sino que también puedan encontrar otras fuentes de confianza, que los ayuden a que se sientan capacitados para poder afrontar el partido que les va a tocar jugar o entrar. Justamente, el tema de la edad es muy importante en el fútbol en esos momentos donde los futbolistas ya salieron de reserva y están en el primer equipo porque, normalmente, los que llegan son jugadores que han sido muy importantes, muy buenos, que siempre han sido titulares, que difícilmente se perdían un partido en menores.
Y cuando llegan a un primer equipo se chocan con esta realidad de que ya no van a ser los que siempre salen en lista. Ya no van a ser con los que siempre se cuenta. Entonces hay un choque ahí de su propia experiencia. Sienten que, de repente, ya no son tan valiosos o sienten que tal vez merecen más de lo que creen. O se frustran mucho, porque sienten que están dando su cien por ciento, pero a veces no son tomados en cuenta. Entonces, hay trabajar eso para que puedan ver esa situación desde otra perspectiva, donde hay que reforzar mucho el esfuerzo y la importancia de que ellos sigan entrenando a al cien por ciento.
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Pasa mucho que, si están entrenando, y les dan el chaleco de los suplentes o el chaleco de los que creen que no van a salir en lista, la mentalidad cambia a “ya no entreno tan intenso” o “ya no estoy tan metido en el entrenamiento”. (Nuestro trabajo) es cambiar ese chip. No importa si juegas o no el siguiente partido, lo que interesa es que estás aportando para el equipo. Interesa tu trayectoria como futbolista. Que no estén solo pensando en salir en lista del siguiente partido, porque, sino, también ahí la motivación fluctúa mucho. Estoy motivado los primeros días de la semana, porque todavía no sé si salgo en lista, entonces doy mi cien, y cuando sé que no voy a salir en lista, entonces baja mi motivación, baja mi rendimiento, y así están en este péndulo que, en, realidad, no es algo saludable en el tiempo. Que su objetivo principal sea que ellos puedan mejorar su rendimiento de forma general, que estén preparando su carrera deportiva.
Leí un poco sobre cuáles son los momentos más duros que tienen que afrontar los deportistas a nivel psicológico y se habla mucho de las lesiones. ¿Cómo le explicas a alguien que se esforzó toda la temporada para estar y, de pronto, se rompe los ligamentos cruzados y tiene que estar fuera seis o nueve meses, sin que se te caiga moralmente?
Se trabaja parecido a las etapas del duelo, donde, al principio, puede haber como una negación. “No, no es tan grave. Yo voy a salir de esto, voy a recuperarme rápido”. Después de eso, a veces, también se da la cólera, esta frustración. “¿Por qué a mí? ¿por qué en este momento?”. Y ya luego se empieza a aceptar la situación. Entonces se hace un acompañamiento.
Es estar ahí con el deportista, para que pueda afrontar todas estas etapas emocionales y, de alguna forma, también es validar sus emociones. A veces uno dice “no, ya, pero tienes que que salir rápido. No te pongas triste o no te enojes”. Pero, en realidad, las emociones son adaptativas, lo que significa que, en algún momento, si nos enojamos, necesitamos sentir ese enojo porque nos estamos adaptando a esta nueva situación.
Si nos ponemos tristes, hay que validarlo también, porque la tristeza nos ayuda a que nosotros podamos aceptar una pérdida, nos ayuda a reflexionar, nos ayuda a pensar. Es acompañarlo a que pueda pasar estas emociones y ya después pensar cuál va a ser nuestro plan, cómo vamos a trabajar. Lógicamente, tenemos que estar también al tanto de cómo va su recuperación, cómo va su rehabilitación y apoyarlo a que pueda adherirse a su rehabilitación cumpliendo con los ejercicios en casa, ver cuál es tu responsabilidad y por qué lo tienes que hacer. Hacer seguimiento a los objetivos, que sienta que sí está avanzando.
También cuidar sus hábitos de alimentación, porque uno puede descuidarse un poquito en ese aspecto cuando hay una lesión. Normalmente, se debería trabajar de forma integral con los demás profesionales involucrados.
Es como ir cerrando los ciclos, ¿no? Cómo es la vida, como nos pasa a todos con distintas cosas. Cuando tienes pena, ok, está bien tener pena, pero apenas se acabe tiene que pasar a lo siguiente.
R: Sí, tal cual. Y que puedan entender por qué estoy sintiendo esto y en qué me va a ayudar sentir esto, porque una vez que lo entiendo ya es más fácil procesarlo. Sino pasa que cuando uno quiere, de alguna forma, hacerse el loco con las emociones, en algún momento van a salir otra vez. En el deporte uno regresa con miedo a volver a lesionarse, con miedo a jugar intensamente otra vez, porque, de repente me vuelvo a lesionar o puedo empeorar. Esa situación también es importante trabajarla.
Una pregunta sobre las redes sociales. Siento que en el pasado los deportistas estaban expuestos a la crítica, estaban en el ojo público, pero había un grupo limitado de personas que podían opinar sobre ellos, que eran los periodistas deportivos. Hoy por hoy, las redes sociales son inacabables, son millones de personas con distintas ideas, distintas formaciones, bien intencionados, mal intencionados. Y la realidad es que el deportista no puede estar en una burbuja, donde no se entere de toda esta carga de opiniones sobre ellos. ¿Cuál es tu lectura de esta coyuntura y cómo se maneja a nivel psicológico?
Bueno, la recomendación que yo siempre les hago a los deportistas, es que, en lo posible, no consuman redes sociales. Siempre está esta tendencia de si salí, si jugué en el partido, entro a las redes del club y empiezo también a leer si por ahí opinan de mí. Es como la tentación. El problema es que las redes sociales, a veces, las utilizamos para para alimentar nuestra confianza, que es lo que te comentaba. O sea que nuestra confianza se alimenta de muchas fuentes. Una de estas fuentes es la persuasión verbal, donde va a importar mucho lo que digan de mí, pero, en este caso, hay que saber filtrar qué opinión es a la que yo le voy a dar importancia.
Una cosa es lo que opina el entrenador de mí, que se supone que es una persona que yo considero, como deportista, que sí tiene influencia, y que sabe de lo que está hablando y que realmente me va a ayudar su comentario. Si dice que he jugado bien, “guau”, es como el profe ha dicho que he jugado bien; pero si mi amigo que no sabe de fútbol me dice que jugué bien el impacto va a ser diferente. El impacto no va a ser “guau”, sino ah, bueno, gracias.
Sí es importante filtrar esta persuasión verbal. Desde ese punto de vista, si nos ponemos a pensar quiénes son los que están detrás de redes sociales, en realidad, probablemente son personas que no necesariamente están capacitadas. No han estudiado ciencias del deporte, ni siquiera para ser técnicos específicamente como para que puedan tener una crítica sólida válida, sino que lo van a decir desde su punto de vista emocional o desde su propia percepción.
Entonces, bajo ese punto de vista, lo que yo siempre les digo a los chicos es: nunca eres tan bueno como te dicen ni tan malo como te dicen, porque hay estos extremos. Un día puede ser el jugador del partido y que ya, sí, que te llame la selección, y al día y al partido siguiente es como, por favor, sáquenlo del club. Esa inestabilidad, lógicamente, también les puede afectar. Las personas y los hinchas en general son bastante emocionales, entonces, después de un partido lo primero que van a escribir es lo primero que le sale de la emoción y no necesariamente de la razón. Si uno se basa en eso corre el riesgo de que de que estar depositando su confianza en algo que es demasiado variable y que no necesariamente tenga fundamento. Cada vez que yo hablo con los deportistas que son un poco más mediáticos, que sí se puede hablar de ellos en público, es, en lo posible, que no consuman redes sociales.
Hubo un partido de Argentina con Italia hace un par de días y escuchaba al técnico -y cada vez lo escucho de más técnicos- decir “se lee pocas redes sociales”. Hay como un mandato desde arriba de, bueno, vamos a desconectarnos un poquito de este mundo y vamos a concentrarnos en lo que nos ocupan.
Claro, sí, porque también distrae muchísimo y a veces uno puede leer algo que no le gustó y ya está pensando: “ah, voy a mostrar ahora en la cancha sobre esto que escribieron”. En realidad, no es el objetivo. El objetivo ya está planteado desde la semana anterior y es algo de equipo. ~
Buena entrevista, viendo el trabajo de parte del área de psicología deportiva que es importante en el engranaje de un equipo de fútbol