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Selección Berlín 1936

Identidad, una patria en chimpunes

¿De dónde viene la esencia del fútbol peruano? El historiador y sociólogo Gerardo Álvarez ha dedicado buena parte de sus investigaciones académicas a resolver este misterio. A propósito de su reciente libro Del barrio al estadio, Sudor charló con él para hablar de las raíces del balompié nacional y su relación con la sociedad en la que vivimos.

En Del barrio al estadio (Fondo Editorial PUCP, 2021) el historiador y sociólogo peruano Gerardo Álvarez reconstruye los orígenes de la identidad del fútbol peruano al plantear sus vínculos con la sociedad, la política y los medios. De acuerdo con el texto, los imaginarios de la selección y los clubes nacionales se fueron construyendo en paralelo con el Estado y los nuevos grupos sociales del país. En entrevista con Sudor reflexiona sobre cómo han cambiado las identidades futbolísticas en los últimos años.

Su libro Del barrio al estadio plantea que el fútbol es un vehículo de generación de identidad nacional. Sin embargo, es un sentido común el separar al deporte de los espacios políticos o culturales…

Nunca ha existido una separación entre fútbol y política. Las intromisiones de la política en el deporte son antiquísimas y se han dado con diversos fines. Las más resaltantes siempre han sido las de los gobiernos dictatoriales, pero es común en la política pública. Por ejemplo, se incluyó infraestructura deportiva en los grandes proyectos de vivienda social del siglo XX. Y eso no solo en el Perú, sino en todos lados. Es imposible hablar de esa separación.

Por ello, podemos decir que el deporte genera identidades…

Lo más visible del deporte es la parte pasional. Construye formas de adhesión e identificación, podemos reconocer las muestras de afecto público que hay entre los seguidores de un equipo o de una selección. Y eso pues era lo más visible y evidente. Por ello, en mi libro busco explicar cómo se formó.

Menciona el papel del público y los medios…

Primero se construyó un público. Sin un público que siguiera la actividad, no podían haber equipos. Segundo, tenía que haber un espacio donde esa identidad se cree y recree, entonces, surgió la competencia. Y a su vez, en la medida que esa competencia se intensificó, se fue construyendo infraestructura especializada y así aparecen los estadios. Por otro lado, como toda actividad pública necesita una narrativa, se hace presente el papel de los medios que buscaban construir al peruano del futuro. Se acopló con el deporte porque se quería presentar a un hombre sano y decidido que reemplazara al frágil y dubitativo que perdió la Guerra del Pacifico.

En su libro Del barrio al estadio, Gerardo Álvarez realiza un análisis de las identidades futbolísticas peruanas que se construyeron a inicios del Siglo XX. RODRIGO MORENO.

La misma formación del Estado y de la nación peruana va en paralelo con el crecimiento del fútbol peruano…

En un momento determinado el deporte en general empezó a cumplir la tarea de ser la representación positiva de las naciones. Con la formación de las competencias internacionales, los deportes sean individuales o colectivos, empiezan a mostrar elementos de identificación a través de los éxitos o de las gestas. Por ejemplo, el famoso Uruguay-Perú de la Copa Mundial del 30 planteaba la narrativa de que perdimos, pero hicimos un gran partido. Estos uruguayos que golearon a todos, a nosotros no. Les costó sangre, sudor y lágrimas superarnos. Esa es la narrativa de la gesta.

La derrota con honor fue una de las primeras narrativas que se vinculó con la selección peruana…

La derrota con honor no es muy diferente a la de Bolognesi o Grau. Esa narrativa no nace en el fútbol, pero la instrumentaliza muy bien. Esas actuaciones, esas gestas y su narración, van construyendo imaginarios. Puede ser que los hechos fueran diferentes, que la narrativa omita sucesos, pero, por ejemplo, nadie duda que en Berlín del 36 íbamos a ganar la medalla de oro hasta que nos robaron. Todo esto te va a terminar por crear héroes nacionales como Lolo Fernández o populares como Alejandro Villanueva. Estas figuras fueron muy importantes para la creación de imaginarios y de la identidad nacional.

LA CONSTRUCCIÓN DE LOS CLUBES

Has mencionado al Lolo Fernández y a Alejandro Villanueva, eso nos da pie a hablar un poco de la construcción de la identidad desde los clubes nacionales…

En los veintes, Alianza Lima y Universitario representan socialmente a sectores nuevos. Alianza no surge como un club de barrio. Era un club popular que terminó asociándose con un barrio como La Victoria que estaba en un proceso de consolidación y de creación de su propia identidad. Una con mucha presencia afroperuana, diferente a otros como Barrios Altos y el Rímac, que eran coloniales y tienen otro tipo de referentes y tradiciones. Universitario surge de la idea de un nuevo tipo de estudiante universitario, que ya no es de la élite. Es uno de clase media o de burguesías provincianas que migraron a la capital. Uno que empieza a participar en política. Básicamente, habla de dos sectores sociales que son nuevos.

Figuras como Jorge ‘Campolo’ Alcalde, Lolo Fernández y Alejandro ‘Manguera’ Villanueva se constituyeron en los primeros héroes del fútbol nacional. ANDINA.

Eso explicaría, entonces, su popularización más allá del éxito deportivo. Conjuga el éxito deportivo y justamente esos factores para que se vuelvan los dos clubes más populares.

Claro, pero entendiendo que en ese momento los clubes pertenecían a sectores sociales claramente identificables. En ese entonces, todavía no se podía hablar de las identidades masificadas que conocemos en la actualidad. De los cincuentas para adelante empiezan a diversificarse. Ahora la identidad de Universitario es policlasista; sin embargo, la idea de que para ser hincha de la U tenías que ser de clase media dura hasta los setenta.

Actualmente podríamos asociar la imagen de la garra con la del emprendedor, ¿esa sería la identidad actual de la U?

Sí, la garra puede asociarse con el emprendedor. Con la persona que se ha ido construyendo a pesar de las dificultades, a pesar de las trabas de la situación económica, de un país con corrupción, de un Estado que no le permite desarrollar sus negocios. Finalmente le pone punche, le pone fuerzas, le pone ganas y va a superar eso.

Y pensando también quizás en el mismo Alianza, uno repasa los últimos campeonatos de y su manera de jugar estaba lejos de su tradición. También estaba más cerca a ganar en base de esfuerzo…

Antes de que llegara Bengoechea, Alianza jugaba muy feo. Y con él se aplicó un estilo muy diferente al de la tradición del club. Y es que las identidades futbolísticas se han trastocado. Lo puedes ver en la misma selección, mucho antes de la llegada de Gareca. Le costó tiempo para que el viejo estilo del juego peruano aparezca de forma eficiente. Los estilos que daban forma y sustento a las identidades futbolísticas se quedaron en el tiempo y no evolucionaron.

En su estudio no se incluye a Cristal por temas temporales…

El club surge por una empresa familiar. Es un caso temprano de club-empresa exitoso, pero una del siglo XX. No encaja con la empresa corporación de hoy. Era un club importante pero con una hinchada pequeña. Es en los noventas donde crece la hinchada. Es un club cuya identidad se consolida tarde porque recién en los noventas adquiere un sentido estilístico. Ahora, con el cambio de dueños, no ha dejado de ser un club importante y exitoso.

En el libro planteó que el aporte de los clubes del Callao a la identidad nacional estuvo vinculado con la fuerza y el coraje. Actualmente, el Boys está ligado al sufrimiento…

Inicialmente, el del Boys era un estilo de un fútbol muy agresivo. Técnico cuando tenías que crear, pero agresivo al momento de defender. Pero, en los últimos tiempos ha sido un equipo que ha estado peleando la baja muchas temporadas. Y es porque las viejas formas de hacer las cosas ya no alcanzan. Esta idea de un empresario o un mecenas involucrado con la política se encargue del club ya no funciona. Ahora necesitas gente especializada.

Para Álvarez, actualmente el estilo de la selección es una conjunción de sesenta por ciento de esfuerzo y cuarenta de magia. PRENSA FPF

ENTRE EL ESFUERZO Y LA MAGIA

Una impresión que tengo también tras leer tu libro es que hay dos tendencias en el estilo de la selección: por un lado, la idea del futbol baile y por otro, el ligado con el esfuerzo, ¿hoy en día cuál prevalece?

En este momento están presentes los dos elementos, pero el que se ha terminado imponiendo es el del fútbol de la garra, del esfuerzo, de la lucha. Paolo Guerrero lo representa muy bien. También Renato Tapia y otros nuevos jugadores que se han integrado como Lapadula. Quizás el fútbol de toque, de magia, está más cercano a Carrillo y Cueva, que son importantes. Siento que lo de Gareca ha sido sesenta por ciento de esfuerzo y cuarenta de magia, de creatividad, de fútbol estético.

El reclutamiento de Lapadula nos hace ver cómo la identidad nacional se nutre de experiencias foráneas…

Son los tiempos de la globalización y esto es algo que se da. Lapadula debe ser uno de los casos exitosos de traer un jugador a una selección que imprima ese título. Quizás en este momento lo más cercano es lo del caso de Ben Brereton en Chile, que recién está empezando a darle frutos. Bolivia hace eso desde la época pasada y no ha tenido un jugador diferenciado…

¿El futuro de la identidad del fútbol peruano podría depender de lo que reclutemos de afuera? ¿De los hijos de los migrantes?

No creo que dependa, porque tendríamos que tener cinco o seis jugadores de afuera y eso sería ganarse la lotería. Imagínate que pudieras contar con esa cantidad de futbolistas del nivel de Lapadula. No creo que dé para tanto. Pero, es una opción válida para el futuro.

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