En esta nueva entrega del multiverso deportivo, un travieso dios ‘sudoroso’ cambia el destino de uno de los clubes más populares del Perú al hacer realidad un relato construido por la prensa deportiva nacional: Diego Forlán se viste de crema y se acopla perfectamente a la garra… pero no todos quedarán contentos con la llegada de la estrella uruguaya.
Uno de los mayores sueños no concretados por la hinchada merengue fue el de ver vestido de crema al crack uruguayo Diego Forlán. Y es que, para finales de 2014, dicha fantasía parecía tener base real. Por esos días, la prensa deportiva nacional hacía eco de los trascendidos que indicaban que la dirigencia de Universitario se había contactado con la estrella uruguaya para que reforzara al club con miras a los torneos del siguiente año.
Durante varios días se publicaron notas en las que se señalaba que el gerente deportivo Chemo del Solar ya había hablado con Forlán y lo estaba convenciendo de unirse al equipo. También, se recogían declaraciones de dirigentes que aseguraban que la U no gastaría ni un solo sol en el sueldo del ídolo uruguayo porque había patrocinadores interesados en pagar el salario. A la luz de lo publicado, había razones de sobra para que el hincha crema se ilusionara. Sin embargo, la fantasía nunca se concretó. El delantero uruguayo terminó firmando por Peñarol y se hizo público que nunca había tenido un interés real por jugar por el equipo merengue. La historia quedó como una de las tantas en las que la prensa nacional anuncia con bombos y platillos una contratación que nunca se da. Sin embargo, las fantasías pueden transformarse en realidad cuando un travieso dios sudoroso decide realizar cambios en la línea temporal. A veces, hay que trasladarse más de una década atrás para hacer realidad los sueños de una hinchada ilusionada.
Es junio del 2004. El magnate mexicano Jorge Vergara llega a Lima y anuncia su interés de comprar el club Universitario de Deportes. El proyecto, bastante ambicioso, suena a negocio redondo para los cremas. El dueño de la marca de productos alimenticios Omnilife ofrece invertir veinte millones de soles anuales en el club y desarrollar un plan de divisiones menores que permita que el equipo se vuelva autosostenible. La única condición que pone el empresario charro es que la U cambie sus estatutos y se convierta en una sociedad anónima. Ante semejante oferta, varios socios e hinchas cremas empiezan a soñar con la posibilidad de que el equipo concrete una de sus grandes obsesiones: el título de la Copa Libertadores.
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No obstante, rápidamente, el empresario se encuentra ante un duro obstáculo: el presidente de Universitario Alfredo González. El dirigente manifiesta un no rotundo a la posibilidad de que el club se convierta en sociedad anónima y pase a manos de Vergara. “La U es como Macchu Picchu”, señala González para justificar su negativa a la venta. La negociación empieza a transformarse en una discusión propia de un reality. Vergara responde fuerte: “Ojalá el señor González se deje de burradas y sepa escuchar”. Pero el poder de un presidente que tiene entre sus logros la obtención de un tricampeonato (1998, 1999 y 2000) y la construcción del Estadio Monumental parece capaz de imponerse sobre cualquier billetera. Todo indica que la propuesta de Vergara no logrará obtener el apoyo del 80% de socios del club, el porcentaje necesario para cambiar los estatutos que lo transformen en una sociedad anónima. Sin embargo, cuando el empresario mexicano está listo para abordar el avión que lo devuelva a su país, surge un aliado inesperado.
Vergara ha recibido la llamada de un personaje cuyo nombre le suena conocido. Es el chef peruano Gastón Acurio quien tras saludarlo le hace dos confesiones: que es un devoto consumidor de los productos de Omnilife y que es secretamente hincha de la U. El empresario mexicano se sorprende ya que tenía entendido que Gastón era de Alianza Lima, pero sus dudas se despejan con la explicación del chef. “Si se da cuenta en el Perú todos los presidentes dicen ser de Alianza, el equipo del pueblo. Para volverte popular tienes que decir de Alianza, pero la verdad es que mi corazón siempre ha sido crema”, expone Gastón. Impresionado por la labia del chef, Vergara le pide ir al grano, que le exponga cuáles son sus intenciones. “Me quiero chingar a Alfredo Gonzáles”, le dice imitando sin vueltas ni concesiones. A las pocas horas, Vergara y Gastón están en el restaurante Tanta planificando la estrategia para poder derrocar al presidente crema. Ambos coinciden en que la única manera de lograrlo es a través de la intervención del chef. Solo una persona con la enorme popularidad de la que goza Gastón será capaz de poner a los socios en contra del exitoso mandamás crema. En medio de la conversación, el chef saca otro as bajo la maga: su carnet de socio crema. La revolución crema ya podía empezar.
Alfredo González nunca la vio venir. Cuando creía liquidado el tema con Vergara, se encuentra con que una gran cantidad de socios cremas habían firmado un comunicado en el que exigían la convocatoria a una junta extraordinaria. Y lo que más le sorprende es que la primera firma que aparece es la de Gastón. “¡Este no era cagón!”, vocifera alimentado por una furia incontenible. Cuarenta y ocho horas después no solo está destituido, sino que los estatutos del club están en proceso de cambio. El paso del club a sociedad anónima es más que inminente. A González solo le queda el consuelo de su curul en el Congreso. Para fines del 2004, todo el proceso legal de compra de la U se ha realizado. El magnate mexicano se ha vuelto dueño del club y, Gastón, quien ahora tiene un porcentaje minoritario de la compañía Omnilife, se ha convertido en el principal embajador de la Marca U. El chef realiza una serie de especiales para resaltar la contribución del equipo crema a la gastronomía nacional y en cada uno de sus restaurantes se presenta un plato alusivo al equipo. La crema campeona y el ají copero se convierten en las recomendaciones de sus menús. La intensa campaña de marketing ilusiona a la hinchada crema que sueña con imprimir la estrella número 25 en el 2005.
Empieza el nuevo año y Vergara cumple con sus promesas. En enero, realiza una conferencia de prensa en la que informa que las deudas con la constructora Gremco relacionadas con el estadio Monumental han sido saldadas. Los voceros de la empresa inmobiliaria lanzan un comunicado desmintiéndolo, pero a los pocos días se retractan y afirman que el lío legal con el club crema ha quedado finiquitado. El pueblo crema celebra por ver concretado –esta vez sin ningún tipo de traba legal– el sueño del templo propio. La única voz disonante termina siendo la de Alfredo González quien señala que en los medios hay gato encerrado detrás del repentino cambio de postura de Gremco. Sin embargo, su voz termina siendo ignorada. El segundo paso del empresario mexicano es el de realizar contrataciones que rompen el mercado. Gracias a la inyección de capital logra arrebatarle sus principales figuras a Cristal, Cienciano y Alianza Lima. La pretemporada empieza con jugadores como Sergio Ibarra, Alberto Rodríguez y Flavio Maestri vestidos de crema. Sin embargo, a pesar de los refuerzos, Universitario no obtiene los resultados esperados. El club crema queda tercero, tras terminar siendo escolta de Cienciano y Cristal en el Apertura y en el Clausura. La estrella 24 no llega a estamparse en el logo. En diciembre un eufórico Alfredo Gonzáles celebra. “Eso les pasa por armar un equipo de cagones y pavos”, declara carcajeándose. En las fiestas de fin de año, los platos cremas de Gastón son los menos requeridos y los pedidos de Omnilife caen en picada. El empresario y el chef entienden que tienen que mirar al exterior.
Con la U clasificada a la Copa Libertadores, el gran reto del 2006 es hacer una buena campaña internacional y lograr el campeonato tras cinco años en blanco. Es así que en los primeros días del año, el club crema da el batacazo al anunciar la contratación del entrenador uruguayo Gregorio Pérez quien llega al equipo acompañado de jugadores de la talla del delantero ecuatoriano Iván Kaviedes, del mediocampista argentino Cristian Ledesma y de un joven defensor argentino llamado Leandro Fleitas. Los nombres ilusionan y la idea es que el Goyo sea la cabeza de un proceso que dure varios años. La única voz disonante sigue siendo la de Alfredo González quien desde su programa La tribuna de Alfredo acusa a Vergara y Gastón de estar gastando en contrataciones millonarias. “Están trayendo puros fracasados”, comenta en un panel en el que lo acompaña Philip Butters. “Ese Goyo no gana nada desde el 97. Que se dedique a vender Omnilife”, le responde el comentarista deportivo. Pero, los resultados terminan siendo sensacionales. La U logra clasificarse a la segunda ronda de la Libertadores tras superar a un grupo complicado conformado por Vélez Sarsfield, Liga de Quito y Rocha. Tras eliminar en la segunda ronda al Atlético Nacional, es eliminado por el Inter de Porto Alegre en lo que se considera una buenísima campaña. Pero en el plano local, le va aún mejor. El equipo del Goyo domina los torneos Apertura y Clausura con amplitud y se corona campeón sin necesidad de jugar un playoff. Kaviedes termina como goleador del campeonato con 25 tantos y Ledesma como la figura del torneo. La hinchada crema delira por un equipo que hace recordar a los del noventa. Se empiezan a ver banderas con los rostros de Vergara y Gastón. Los restaurantes de Gastón suben los precios de la crema campeona y el ají copero y las pirámides de Omnilife entran en su máximo apogeo. La única voz disidente es la de Alfredo González que dice que cualquiera gana un campeonato y que él sin un presupuesto millonario ganó tres. “La suya es una garra artificial, se van a desinflar”, sentencia.
El título del 2006 será el primero de una seguidilla impresionante. La U gana al hilo todos los torneos locales hasta el 2014. El presupuesto de Vergara y el prestigio de Pérez permite que figuras de la talla del uruguayo ‘Loco’ Abreu, del mexicano Carlos Salcido o del Ñol Solano integren el equipo. Son años felices en los que además de los títulos, el equipo crema se da el lujo de propinarles palizas a sus rivales más enconados. Un 6 a 3 en Matute a Alianza en el 2011 y un 5 a 0 a Cristal en el 2012 entran dentro de la narrativa de éxito de los años dorados del club. Y el éxito deportivo también permite que se curen heridas en la familia crema. Gastón consigue que la Trinchera Norte se reconcilie con Chemo del Solar y lo lleva a la tribuna. La imagen de Chemo saltando abrazado con los barristas y de Gastón tocando el bombo queda en la iconografía de la U arrolladora de esos años. El enorme éxito del proyecto de Vergara condena a Alfredo González al silencio. La Tribuna de Alfredo deja de tocar el tema deportivo y se enfoca en la trayectoria política del ex dirigente deportivo. Su discurso radical anticomunista empieza a ganarse las simpatías del electorado más ultra y le permite tener una buena votación en las elecciones congresales del 2011. Un episodio en el que se pasea con un rollo de papel higiénico mientras camina cerca de los curules de la bancada de Gana Perú –el partido oficialista de izquierda– lo convierte en el preferido de los votantes de ultraderecha.
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El gran pendiente del proyecto de Vergara sigue siendo la Copa Libertadores. El súperequipo crema ha cumplido buenas performances –desde la llegada del magnate mexicano siempre ha pasado de la primera ronda e incluso llega a semifinales en el 2013– pero ansía convertirse en el rey de América. Por ello, en diciembre del 2014, Vergara y Gastón llegan a la conclusión de que es necesaria la compra de un referente continental que les permita dar el paso al siguiente nivel. El nombre elegido es el de Diego Forlán. La tarea no parece fácil debido a que es conocida la intención del astro uruguayo de retirarse en Peñarol, el club del que es hincha. Para convencerlo, los mandamases cremas diseñan una gran estrategia que incluye visitas de Pérez y Abreu al ídolo charrúa. Días después, Vergara, Gastón y Chemo se reúnen con Forlán en el recientemente inaugurado restaurante del chef peruano en Montevideo. La reunión termina siendo un éxito –se rumorea que se le ofreció a Forlán acciones en Omnilife y un porcentaje minoritario en el Tanta de la capital uruguaya–, el goleador del Mundial del 2010 vestirá de crema durante todo el 2015.
La llegada de Forlán al Monumental se concreta con bombos y platillos. El delantero se acopla con facilidad a un equipo que combina la experiencia de jugadores como Abreu, Salcido y Ledesma con una camada de jóvenes como Edison Flores, Andy Polo y Néstor Duarte que acaba de ganar la Copa Libertadores Sub 20. Como anticipaban Vergara y Gastón, la inclusión de Forlán termina siendo el plus que necesitaba la crema para brillar a nivel continental. En su grupo de primera ronda concluye con el puntaje perfecto. Le gana con autoridad al Racing Club, Guaraní y Deportivo Táchira en los partidos de ida y vuelta. Forlán se destaca anotando cinco goles. En la segunda ronda, despachan sin problemas al Montevideo Wanderers y en cuartos golean al Guaraní con un global de 6 a 0. En semifinales, llega la gran prueba de fuego: el emparejamiento es con el River Plate de Gallardo. Y con un Forlán en estado de gracia, la U logra la hazaña. En Buenos Aires resiste el embate del Millonario y rescata un empate de 1 a 1 con gol agónico del crack uruguayo en el minuto 91. Luego en la vuelta, la crema gana con autoridad 2 a 0 con goles de Forlán y Polo. Semejante triunfo, convierte automáticamente a la U en la gran favorita para alzarse con el título. Todo hace pensar que debería vencer sin problemas al Tigres de Nuevo León.
Sin embargo, en las semanas entre semifinales y la final de la Libertadores se vive en Perú un ambiente político convulso. A inicios de julio la oposición logra concretar un pedido de vacancia del presidente Humala por acusaciones de corrupción vinculadas con el financiamiento de la campaña del mandatario. Filtraciones de la prensa plantean que recibió dinero de una empresa constructora de forma ilegal. Apelando a esas denuncias, el Congreso concreta una vacancia por incapacidad moral del mandatario. La vicepresidenta Marisol Espinoza se niega a aceptar el cargo y la presidencia cae en manos del presidente del Congreso: Alfredo González. El primer acto del nuevo mandatario es intervenir en los registros públicos para modificar los estatutos de Universitario y quitarle el club a Vergara. El segundo, mover sus hilos para que los restaurantes de Gastón pierdan su licencia de funcionamiento. El magnate mexicano pone el grito en el cielo, pero no puede hacer nada ante el poder de González. El presidente de la República toma posesión del club crema y lo primero que hace es despedir a Pérez. Indignados, Forlán y Abreu renuncian al equipo. Los problemas administrativos se reflejan con rapidez en el club que sin sus referentes termina perdiendo las dos finales con el Tigres. La hinchada crema vive una nueva decepción. El sueño de la Copa Libertadores se termina frustrando.
La presidencia de Alfredo González duró poco. Tras la derrota de Universitario en las finales de la Libertadores se produjo un estallido social que llevó a que el Congreso vaque a González por incapacidad moral tras descubrirse que sus campañas políticas habían sido financiadas ilegalmente por una compañía inmobiliaria. Los cambios legales impidieron que la U volviera a manos de Vergara, lo que motivó a que el empresario presentara una demanda millonaria contra el club crema. Gastón decepcionado por lo vivido decidió migrar a Montevideo. Se rumorea que el chef está interesado en comprar al Peñarol y sacarlo campeón de la Libertadores de la mano de Forlán. ~